«Una tarde, cuando volvía del colegio a mi casa cerca de Falsalabad, en la ciudad de Medina, en la provincia de Punjab en Pakistán, unos hombres vinieron hacia nosotras», relata Maira Shahbaz, que en ese momento tenía 14 años. «Me subieron a un coche y me vendaron los ojos. Después me desnudaron, me torturaron y me violaron. Tomaron imágenes de todo. Me dijeron que si no me convertía al Islam y no firmaba que me había casado con uno de los secuestradores matarían a mi familia». Como tardaba en volver a casa, sus padres acudieron a buscarla y supieron del secuestro por numerosos testigos.
Los secuestradores eran bien conocidos y no se habían tomado la molestia de ocultarse porque es una práctica bastante común en Pakistán, tratándose de niñas o mujeres cristianas.
Fuente: ABC








