Latinos: la quinta potencia económica que sostiene a Estados Unidos

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Estudios demuestran que la migración latina ha tenido impacto positivo en la economía estadounidense no sólo por el trabajo que desempeñan, sino porque emprenden, pagan impuestos y contribuyen a la innovación.

La migración es positiva no solo para las personas que migran sino también para las comunidades que los acogen y los países de origen de las personas que decidieron emigrar. Para los países de acogida la migración contribuye al crecimiento de la economía y a enriquecer su cultura. Para los países de origen, la migración también puede ser un pilar importante de la economía nacional y de las familias de las personas migrantes.

Con su talento, sus capacidades y su espíritu emprendedor, las personas migrantes pueden ser un motor para el desarrollo de nuestra región.

Las personas migrantes contribuyen a la productividad de las economías locales. Como describe la publicación “En qué situación están los migrantes en América Latina y el Caribe”, por su calificación y su experiencia laboral, las personas migrantes cuentan con capacidades, formales e informales, que les permiten contribuir, con sus capacidades, conocimientos y experiencias, a la productividad de sus países de origen.

Las personas migrantes estimulan el consumo y contribuyen al crecimiento de las economías de sus países de acogida. Cuanto mayor sea el nivel de integración y formalidad de la población migrante sus contribuciones serán más importantes y alcanzarán más áreas de la economía.

Las personas migrantes enriquecen la cultura local. Desde la comida, pasando por artes a los idiomas, a lo largo de toda nuestra historia las culturas de nuestros países se han enriquecido por los aportes de sus migrantes.

A esto se suma el espíritu emprendedor de las personas migrantes que, con intención de permanecer por un largo plazo en sus comunidades de acogida, crean e impulsan emprendimientos. Todo esto está sucediendo hoy en Latinoamérica y el Caribe.

Millones de migrantes se desempeñan en puestos estratégicos de empresas locales, consumen y dan vida a las economías de sus ciudades de destino y están al frente de emprendimientos que ofrecen productos y servicios vitales para el día a día de nuestras familias.

Los latinos en Estados Unidos no son una minoría invisible: se han convertido en uno de los motores económicos más importantes de ese país. 

El Informe del Producto Interno Bruto Latino 2023, elaborado por el Latino Donor Collaborative, señala que la economía latina alcanzó un valor récord de 3.2 billones de dólares en 2021. Esa cifra colocaría a la comunidad latina como la quinta economía más grande del mundo, si se tratara de un país independiente.

Este avance es obtenido tras décadas de trabajo, de incorporación activa en sectores estratégicos y de su cultura emprendedora. Entre 2011 y 2021, el Producto Interno Bruto latino creció a una tasa promedio de 7.1% anual, más del triple que el 1.9% registrado por el resto de la economía estadounidense. Esto refleja no solo su dinamismo, sino también una gran capacidad de adaptación frente a escenarios adversos como la pandemia de Covid-19.

Esenciales durante la pandemia y más allá

Durante la emergencia sanitaria, millones de latinos trabajaron en sectores esenciales como salud, agricultura, construcción, transporte y comercio minorista. Mientras gran parte del país se resguardaba en casa, ellos continuaron activos en hospitales, supermercados, empacadoras de carne, fábricas y cadenas logísticas. Su labor fue decisiva para evitar el colapso de servicios y el desabasto generalizado, señala el reporte.

Además de trabajar en condiciones difíciles, muchos latinos —incluso sin estatus migratorio regular— siguieron pagando impuestos locales, estatales y federales. Esta contribución permitió mantener servicios públicos vitales en plena crisis sanitaria.

Mexicanos: liderazgo económico dentro de la comunidad latina

Dentro del grupo latino, la población de origen mexicano representa cerca del 62%. Su peso económico es fundamental, no solo por su número, sino por su participación activa en sectores como la construcción, manufactura y salud. Los mexicanos lideran las tasas de participación laboral entre los grupos latinos y han fortalecido economías regionales, especialmente en estados como California, Texas, Illinois y Arizona.

Emprendimiento y consumo como motores de crecimiento

El emprendimiento ha sido otra de las claves. Entre 2007 y 2019, el número de latinos propietarios de negocios aumentó 34%, mientras que el promedio nacional apenas llegó al 1%. Mujeres y jóvenes han sido protagonistas de esta transformación, creando miles de empresas que han generado empleos e impulsado la recuperación económica.

En cuanto al consumo, los latinos gastaron 2.8 billones de dólares en 2021, consolidándose como uno de los grupos con mayor influencia en el mercado estadounidense. Su impacto es claro en los sectores automotriz, alimentario, tecnológico y financiero.

Aportan mucho, pero aún enfrentan barreras

El informe de Latino Donor Collaborative también destaca las desigualdades que persisten. Muchos latinos enfrentan obstáculos para acceder al crédito, limitaciones educativas y escasa representación en cargos de decisión. Aun así, el reporte subraya que “los latinos no solo contribuyen al crecimiento económico de Estados Unidos; son esenciales para su competitividad global”.

El estudio concluye que el reconocimiento del papel estratégico de la comunidad latina no puede seguir esperando. Para mantener la competitividad del país, es clave su inclusión y apoyo decidido, tanto del gobierno como del sector privado.

Beneficios de la migración en sus países de origen

En los países de origen, a través de las remesas, la inversión y la innovación la migración contribuye a la economía. En 2023 las remesas hacia América Latina y el Caribe alcanzaron la cifra récord de 155,000 millones de dólares.

En algunos países las remesas son un fundamentales para las economías de millones de países. Por ejemplo, tomando datos disponibles en 2019 y 2020 un estudio del BID encontró que gracias a las remesas 2.2 millones de personas en República Dominicana, Guatemala, Honduras, México y El Salvador salieron de la pobreza.

Para potenciar estos efectos positivos, se hace necesario empoderar a las personas migrantes y las diásporas para catalizar sus contribuciones al desarrollo y aprovechar los beneficios de la migración como fuente de desarrollo sostenible, tal como se plantea en el Objetivo 19 del Pacto Mundial para la Migración. 

Pero también los esfuerzos deben centrarse en promover una migración segura, ordenada y regular, donde la integración de los migrantes esté en el centro de las políticas públicas de los gobiernos, mediante la promoción del bienestar y la protección de los derechos humanos de todos ellos, tal como lo establece la Agenda 2030.

Fuente: Heraldo de México

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