Para una familia mexicana promedio de cuatro personas, vivir cómodamente en la clase media implica un ingreso mensual que oscila entre $35,000 MXN y $45,000 MXN
El monto de dinero que necesita una familia mexicana para considerarse de clase media puede variar según la ciudad, el tamaño de la familia, el tipo de vivienda, y los gastos en educación, salud, transporte y alimentación. Sin embargo, existen estimaciones y criterios generales basados en estudios de organismos como el INEGI y el Coneval.
Pero, a todo esto, ¿de cuánto dinero hablamos y a qué nos referimos con vivir bien? Para una familia mexicana promedio de cuatro personas, vivir cómodamente en la clase media implica un ingreso mensual que oscila entre $35,000 MXN y $45,000 MXN. Este rango permite cubrir gastos esenciales como vivienda, alimentación, servicios básicos, educación, transporte, recreación y algunos ahorros para imprevistos. Por supuesto que en ciudades como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara, el costo de vida puede ser más elevado, por lo que el monto necesario podría ser mayor. Según estudios de organismos antes señalados, estos ingresos aseguran una vida digna y sin sobresaltos financieros. Ojo con esto último, ya que este panorama de ingresos debe ser constante y no admite fluctuaciones de meses en los cuales no exista el recurso.
En la mayoría de los casos, para alcanzar este nivel de ingreso, al menos dos integrantes adultos de la familia deben trabajar de tiempo completo. Esto puede ser el padre y la madre, o cualquier otra combinación de adultos que aporten ingresos (por ejemplo, hijos mayores que estudian y trabajan). En familias donde sólo uno trabaja, es común que el ingreso no alcance para cubrir todos los gastos de clase media y se requiera ajustar el estilo de vida y, como lo pensaste, siempre será hacia abajo.
Para paliar dichas situaciones se intenta la búsqueda de ingresos adicionales en mercados laborales muy comunes: como en la elaboración casera de algunos alimentos, la venta de artículos varios o en oficios a domicilio relativos, mayormente, a la estética.
Lo anterior combina ingresos de empleos formales e informales, lo que fomenta un panorama de poca certidumbre en la mayoría de los casos.
Ahora bien, ¿cuántas familias mexicanas abandonaron la categoría “clase media”, modificando su realidad por falta de ingresos constantes y necesarios? No hay una respuesta contundente, pero tomando en cuenta varios factores obtenemos respuestas válidas. Dentro de estos parámetros que orientan al respecto se aprecian las bajas en la matrícula de escuelas privadas, la reducción en la calidad y cantidad de comida, las supresión de salidas a restaurantes y lugares de recreación, entre muchos otros factores que representan botones de muestra de lo que realmente estamos viviendo sobre el menoscabo en el nivel de bienestar de millones de familias.
Lo anterior implica que se ha reducido la pobreza general, de aquella población que nunca la habría dejado sin el motor gubernamental, pero paralelamente otro frente se abrió cuando las personas que han tenido la oportunidad de no vivir en pobreza hoy la experimentan a través de la imposibilidad de la adquisición de insumos englobados en el índice de Precios al Consumidor (IPC), medida que examina la variación en los precios de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares, y claro ello explica por qué se está comprando más canasta básica a meses sin intereses, hasta que algún día no sea posible cubrir dichos créditos.
Una nueva teoría sobre la pobreza debería formar parte de los parámetros con que medimos pues ello, nos resultaría útil para comprender que el índice gubernamental debe modificarse elevando la cifra económica para medir lo que se requiere para vivir dignamente, pues la imposibilidad de adquirir insumos necesarios para el bienestar individual, o adquirirlos bajo esquemas de pagos divididos, es una muestra clara de la imposibilidad económica para tener lo que se requiere en el momento que nos resulta útil y, por lo tanto, es una manifestación de pobreza generalizada.
Fuente: Heraldo de México








