Genocidio infantil en México

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A lo largo de estos años, el desabasto de medicamentos oncológicos ha llevado a la muerte a más de 4,000 niños según informes de diversas organizaciones no gubernamentales.

La lucha contra el cáncer infantil en México se ha visto gravemente afectada por la falta de medicamentos en los hospitales públicos y, bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum, la inacción ante esta crisis ha sido particularmente alarmante. La situación no solo refleja una falta de respuesta efectiva ante un problema que ha sido denunciado repetidamente durante 6 años, sino que también pone en tela de juicio el compromiso del gobierno con la salud de los más vulnerables: nuestros niños.

Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia en diciembre de 2018, se han implementado cambios significativos en la política de adquisiciones de medicamentos, lo que ha llevado a un desabasto crítico. La estrategia del gobierno federal de centralizar la compra de medicamentos y eliminar contratos previos, ha resultado en una crisis de abastecimiento que ha afectado a diversos tratamientos, especialmente en el ámbito oncológico. Desde 2019, organizaciones de la sociedad civil y padres de niños con cáncer han denunciado que la falta de medicamentos ha sido una de las principales causas de muerte en este grupo vulnerable.

Los datos son devastadores. A lo largo de estos años, el desabasto de medicamentos oncológicos ha llevado a la muerte a más de 4,000 niños según informes de diversas organizaciones no gubernamentales como la Asociación Mexicana de Ayuda a Niños con Cáncer (AMANC) y el activista Israel Rivas Bastida, líder de padres de familia de niños con cáncer, quienes han documentado las consecuencias de esta crisis. Esta cifra escalofriante pone de manifiesto la urgencia de la situación y la necesidad de una respuesta inmediata y efectiva por parte del gobierno. Cada una de estas muertes representa no solo una estadística, sino una tragedia personal y familiar, donde la esperanza se ve truncada por la falta de acceso a tratamientos que podrían haber salvado vidas.

En el actual sexenio de Claudia Sheinbaum, uno de los aspectos más preocupantes es la falta de transparencia en el proceso de adquisición de medicamentos. Las denuncias sobre irregularidades en la compra y distribución de fármacos han sido constantes, y el gobierno ha sido incapaz de ofrecer una respuesta clara que explique por qué, a pesar de los recursos disponibles, los medicamentos no llegan a quienes más los necesitan. La burocracia y la falta de coordinación entre las distintas instancias de salud han generado un vacío que se traduce en vidas perdidas.

Además, el enfoque del gobierno en otros temas, como la infraestructura y los proyectos emblemáticos, ha dejado en un segundo plano la salud pública. En un momento en que se requería atención prioritaria a las necesidades de los niños con cáncer, se ha visto una falta de voluntad política y en lugar de implementar estrategias efectivas para asegurar el abastecimiento constante de medicamentos, el gobierno ha optado por una postura de espera ¡como si la situación se fuera a resolver sola! lo que se traduce en un sufrimiento innecesario para miles de familias que ven cómo sus hijos padecen enfermedades que podrían ser tratadas con éxito si tuvieran acceso a la atención adecuada.

Pero ¿es esto un genocidio?

El desabasto sistemático de medicamentos oncológicos que ha llevado a la muerte de miles de niños, podría considerarse como una forma de genocidio, ya que implica la falta de acción deliberada y la omisión de responsabilidad por parte del Estado, que resulta en la muerte de un grupo específico de personas: los niños con cáncer. La falta de acceso a tratamientos que son vitales para su supervivencia puede interpretarse como un sometimiento a condiciones de existencia que provocan su destrucción física.

En otras latitudes digitales…

Rocío Nahle, la hoy poderosa y multimillonaria gobernadora de Veracruz, ha demostrado no tener nada de empatía con sus gobernados y con la miserable situación de inseguridad que vive su estado. Hoy queda claro que ante el terrible asesinato de la maestra Irma Hernández no va a pasar nada. Así es la complicidad de nuestros gobernantes.

Fuente: EF

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