La mesa mexicana en tiempos de pantallas: entre la tradición y la desconexión digital
La vida moderna ha transformado profundamente los hábitos dentro del hogar, especialmente en torno a la mesa. Un estudio realizado por Nestlé y la consultora LLYC revela que 9 de cada 10 mexicanos utilizan algún dispositivo electrónico mientras comen, siendo los teléfonos celulares y la televisión los más comunes. Esta costumbre, lejos de ser inocua, ha comenzado a alterar la calidad de la convivencia familiar. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías (ENDUTIH) del Inegi confirma que los mexicanos pasan en promedio 4.4 horas diarias frente al celular, tiempo que muchas veces se solapa con el momento de la comida, históricamente visto como un espacio de unión y diálogo familiar.

Más allá de ser un hábito, el uso de dispositivos en la mesa se ha convertido en una fuente de conflicto. El mismo estudio indica que 6 de cada 10 discusiones familiares durante las comidas tienen su origen en la distracción causada por las pantallas, mientras que apenas 8% de los casos reflejan un uso positivo, como compartir experiencias del día. A pesar de esta realidad, existe una clara contradicción: aunque la mayoría reconoce los efectos negativos, pocos han tomado medidas para cambiar la situación. De hecho, 4 de cada 10 familias no tienen estrategias para limitar el uso de tecnología durante las comidas.

9 de cada 10 mexicanos usa el móvil mientras comen. Fuente: Archivo
EL TELÉFONO EN LA MESA: UNA VERDADERA DISTRACCIÓN
La disposición a desconectarse varía según la edad. Los adultos de entre 36 y 65 años son los más abiertos a dejar el celular fuera de la mesa, mientras que los jóvenes entre 16 y 35 años muestran mayor resistencia. No obstante, 60% de los encuestados afirma que prestaría más atención a sus seres queridos si no hubiera pantallas presentes, y 75% considera que hablar sobre lo ocurrido en el día fortalece la convivencia familiar. Esto revela un anhelo colectivo por recuperar el valor de la conversación cara a cara, aún si las acciones no siempre reflejan esa intención.
Fuente: Heraldo de México








