Entre ellas destaca la obsesión por generar una separación entre Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Los conservadores viven una crisis que se manifiesta en un severo síndrome de abstinencia.
Quieren regresar al poder para dejar de pagar impuestos nuevamente, para constituir asociaciones público-privadas que cobran al Estado diez veces el valor de una obra, para resucitar un sistema judicial que otorgue suspensiones eternas que impidan el cumplimiento de la ley, para venderse a sí mismos la riqueza nacional, para fabricar desde el Estado nuevos megamillonarios, en fin, para reconstruir los conductos del saqueo.
Por eso lanzan cada día estrategias varias.
Entre ellas destaca la obsesión por generar una separación entre Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Periodistas especializados en montajes encuentran, supuestamente, contrastes y rupturas, programas opuestos y acciones contradictorias.
Sin embargo, por más que les duela y no lo puedan asimilar, entre AMLO y Claudia se ha construido una de las sucesiones más exitosas y fascinantes. Hay un proyecto común, reconocimiento recíproco, respeto al rol histórico de cada quien.
Claudia ha dado continuidad a programas y reformas de AMLO. Y la obra de AMLO ha sido la base, a su vez, de nuevas iniciativas y reformas promovidas por Claudia.
AMLO comenzó a subir el salario mínimo.
Ahora Claudia busca la jornada de 40 horas y le da seguridad social a jornaleros agrícolas y trabajadores de plataformas digitales.
AMLO recuperó la mayoría del Estado en la generación eléctrica. Ahora Claudia reforma la Constitución para rescatar las empresas públicas, especialmente PEMEX.
AMLO creó la Pensión de Adultos Mayores, la Beca para Personas con Discapacidad y la Beca universal para estudiantes de bachillerato.
Ahora Claudia entrega una Pensión para Mujeres y una Beca a estudiantes de secundaria al tiempo que impulsa el programa Salud Casa por Casa.
AMLO construyó el Tren Maya y el Tren transístmico. Y Claudia ha lanzado la construcción de una amplia red de trenes hacia el centro y norte del país.
AMLO detuvo la línea de ascenso permanente en los homicidios (que venía subiendo con Calderón y Peña Nieto) y empezó a disminuirlos . Y Claudia aceleró la tendencia a su reducción.
AMLO y Claudia son dos íconos de un magnífico proyecto de transformación que se expresa hoy en varios datos duros: desempleo: 2.7; inflación: 3.7; disminución de la desigualdad: de 27 veces más ingreso de los ricos sobre los pobres a sólo 14 veces; bienestar: 13 millones de familias salieron de la pobreza.
AMLO realizó un conjunto de obras y cambios.
Ahora Claudia lleva a cabo nuevas reformas, nuevas iniciativas. Entre unas y otras, hay un hilo de coherencia. Es lo que no soportan los conservadores.
Fuentes: Heraldo de México