Educación plantea bajar las ratios a 22 alumnos por aula en Primaria y 25 en la ESO

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Los niños con alguna discapacidad, como autismo, computarán por dos en el cálculo de estudiantes por clase

Educación bajará la ratio a un máximo de 22 alumnos por aula en Primaria y 25 en la ESO en toda España, según el borrador del anteproyecto de ley al que ha podido acceder ABC y que ha presentado hoy la ministra Pilar Alegría a los sindicatos docentes.

Además, cada estudiante con necesidades educativas especiales —como los niños con autismo, discapacidad intelectual, TEA o dislexia—, contará como dos plazas a efectos de ratio. Esto significa que si en una clase hay, por ejemplo, dos alumnos con autismo, en realidad se contabilizarán cuatro para compensar la mayor dedicación del profesorado.

La medida, que se aplicará de forma progresiva, es una de las reivindicaciones clásicas del profesorado y las centrales sindicales. Así las cosas, el descenso de la natalidad generalizado en nuestro país ya había provocado, de forma natural, una bajada de ratios en las comunidades autónomas, sobre todo en los primeros cursos académicos.

La aplicación de estas medidas será gradual: las nuevas ratios empezarán a implantarse en el curso 2027-2028 en el primer curso de Primaria e Infantil, y en 2028-2029 en el primer curso de la ESO, hasta su plena entrada en vigor en 2031-2032. El Gobierno prevé modificar en el plazo de un año el real decreto 132/2010 para adaptar los requisitos mínimos de los centros educativos a la nueva normativa. En la primera reunión con los sindicatos celebrada a finales de septiembre, el ministerio presentó un anteproyecto de ley con el que planteaba reducir la ratio en aulas con alumnado con necesidades especiales y en centros docentes situados en zonas de complejidad social. Pero en último borrador, se entiende, la bajada de ratios será para toda España.

Un blindaje legal sin cambios reales

Junto a la bajada de ratios, la futura norma también homogeneiza la jornada lectiva del profesorado no universitario, como ya había avanzado el mismo presidente del Gobierno hace unas semanas. Se establece en 23 horas semanales para Infantil, Primaria y Educación Especial, y 18 horas para Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, con la posibilidad excepcional de alcanzar las 20 en casos justificados.

En nuestro país, la jornada laboral docente suele ser de 37,5 horas semanales, de las cuales hay un número específico de horas lectivas y el resto se dedica a labores no lectivas como reuniones, tutorías y preparación de clases. En casi todas las autonomías, los gobiernos regionales habrían logrado por su cuenta que bajaran a 18 horas en Secundaria y 23 en Infantil y Primaria. Es decir, la gran reforma de Alegría no supondrá en la práctica grandes cambios en la mayoría de autonomías, más allá del ‘blindaje’ legal.

El anuncio de Pedro Sánchez hace unas semanas fue interpretado por los sindicatos como un gesto para neutralizar la huelga con la que estos habían amenazado. Fue Pilar Alegría la que, nada más llegar Sánchez al poder, dijo que esta sería «la legislatura del profesorado». Pero las reuniones se habían ido posponiendo desde entonces, generando malestar entre el cuerpo docente.

Fuente: ABC

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