El asalto de Rafael Nadal a Wimbledon, después de tres años de ausencia, avanza por buen camino. Pese a la derrota este viernes ante Felix Auger-Aliassime (7-6 (6), 4-6 y 10-3) las sensaciones del tenista balear son buenas. El dolor del pie no molesta y los entrenamientos marchan a unos días del debut en el histórico torneo inglés. Su lesión parece haberle dado una tregua y el español parece más enfocado en adaptarse a la hierba antes de su desembarco en la pista central de Wimbledon que en el síndrome de Müller Weiss.
El martes le espera una prueba exigente ante el argentino Francisco Cerúndolo, de 23 años y número 42 del mundo. Luego, en caso de avanzar en el cuadro, ya habrá tiempo de pensar en quién viene por detrás.
Pero de momento lo importante, como ha confirmado el propio Nadal este sábado, por primera vez en año y medio el dolor no está. El tratamiento de radiofrecuencia pulsada funciona.
«Puedo caminar normal la mayor parte de los días, casi todos los días. Eso es lo más importante», ha explicado el español. «Cuando me despierto no siento ese dolor que tenía durante el último año y medio, estoy muy feliz al respecto», añadió.
«En las últimas dos semanas no he tenido uno solo de esos terribles días en los que no podía moverme. El sentimiento y las sensaciones generales son positivos», concluyó.
Rafa Nadal ha ganado en dos ocasiones el torneo de Wimbledon, pero su última victoria fue hace ya 12 años. En esta edición es el cabeza de serie número dos, lo que le ha servido para evitar un hipotético enfrentamiento con Novak Djokovic hasta la final.
«En 2003 (su año de debut), nunca habría pensado que tendría una oportunidad de ganar Wimbledon. Hoy es diferente, tuve algo de éxito aquí», afirmó un Nadal satisfecho.
Fuente: ABC
