Para entender cómo los sobrevivientes afrontan estas vivencias, la Universidad de Virginia encuestó a 167 personas que aseguraron haber pasado por una ECM.
Estuvieron al borde de la muerte y, al volver, ya no eran los mismos.
Un nuevo estudio de la Universidad de Virginia (UVA) muestra que las experiencias cercanas a la muerte (ECM) no solo cambian la forma en que las personas perciben la vida, sino que también transforman profundamente su espiritualidad, relaciones y salud mental.
Según la investigación publicada en la revista Psychology of Consciousness: Theory, Research, and Practice, el 70% de los participantes reportó un cambio en sus creencias religiosas o espirituales y en su temor a morir después de vivir una ECM. El impacto es tan profundo que, según los investigadores, este tipo de transformación personal es más común que un divorcio o una ruptura sentimental.
¿Qué pasa cuando uno ve de cerca la ‘luz al final del túnel’?
Las ECM suelen incluir sensaciones de salir del cuerpo, encuentros con seres queridos fallecidos, visiones de una luz intensa o una sensación de paz absoluta.
Para entender mejor cómo los sobrevivientes afrontan estas vivencias, el equipo de la UVA encuestó a 167 personas que aseguraron haber pasado por una.
“Mi ECM fue considerable. Sé que nunca volveré a ser la misma persona, por lo que necesito reflexión y trabajo interior constantes a diario”, relató uno de los participantes.
El estudio también reveló que más del 20% de los encuestados atravesó divorcios o rupturas sentimentales tras su experiencia, y muchos otros reconocieron haber reevaluado sus vínculos personales. El aislamiento y la soledad fueron temas frecuentes entre los testimonios.
Algunos calificaron su ECM como un “arma de doble filo”: una vivencia profundamente transformadora, pero difícil de compartir por miedo al escepticismo o la incomprensión.
De hecho, el 64% buscó apoyo psicológico, espiritual o comunitario, y aunque el 78% encontró útil la ayuda recibida, muchos afirmaron haber tenido dificultades para encontrar profesionales o entornos que comprendieran la magnitud de su experiencia.
“Después de varios intentos, no sentí que nadie fuera lo suficientemente profundo como para manejarlo… todas las respuestas fueron manuales y poco inspiradoras”, escribió otro participante.
Marieta Pehlivanova, del Departamento de Psiquiatría y Ciencias Neuroconductuales de UVA Health, explicó la importancia de atender este vacío en la atención médica:
“La investigación sobre cómo apoyar a estos pacientes y sus necesidades específicas aún es limitada. Esperamos comenzar a abordar esta brecha e inspirar a otros investigadores”.
Con estos hallazgos, los científicos esperan abrir un nuevo camino hacia la comprensión y acompañamiento psicológico y espiritual de quienes regresan de esa frontera entre la vida y la muerte, transformados para siempre.
Fuente: SIPSE