Todo sonaba bien, pero lo que se observa es un déficit de credibilidad que se comprueba con el estado que guardan las colonias del municipio.
Este fin de semana, Diego Castañón Trejo rindió su primer informe de gobierno como presidente municipal de Tulum. El evento, adornado con discursos sobre unidad, esperanza y el llamado “humanismo mexicano”, intentó mostrar un municipio en transformación. El alcalde habló de pavimentaciones, pozos de absorción, inversión en salud, cámaras de vigilancia y la defensa del acceso libre a las playas. Todo sonó bien en el papel.
Pero en Tulum la realidad es menos solemne que el acto de Cabildo. Comerciantes ambulantes denuncian extorsiones a plena luz del día, con cuotas fijas para poder vender sin recibo oficial. En comunidades como Punta Allen, los habitantes llevan meses exigiendo caminos dignos, agua potable y electricidad, sin respuesta. Mientras tanto, las fotografías del alcalde en restaurantes de lujo en Miami siguen circulando en redes sociales, contrastando con el abandono que viven las colonias populares.
La inseguridad tampoco da tregua. Pese al programa “Blindaje Tulum” y al C4 presentado como logro, el municipio se mantiene en la lista de focos rojos del Caribe. El asesinato de su propio secretario de Seguridad Pública dejó en claro que el problema no se resuelve con conferencias ni con cámaras. Tulum sigue siendo rehén del narcomenudeo, las extorsiones y la violencia que golpea al turismo y a los vecinos por igual.
El acceso libre a las playas, bandera que Castañón ondeó en su discurso, se convirtió en otro frente abierto. El alcalde acusó públicamente al Grupo Mundo Maya de incumplir el acuerdo que garantizaba la entrada gratuita a residentes y turistas nacionales, pero el problema persiste: cobros arbitrarios, tarifas infladas y una creciente sensación de que el paraíso se privatiza.
Diego Castañón llegó al cargo en 2023 tras la salida de Marciano Dzul y fue refrendado en las urnas en 2024. Tenía la oportunidad de consolidar un liderazgo que recuperara la confianza en Tulum. Sin embargo, lo que se observa es un déficit de credibilidad. Promesas que suenan en el micrófono, pero que se desvanecen al recorrer las colonias.
En resumen, su primer informe mostró las grietas de su gobierno que tiene una desconexión con la realidad de la gente. Incluso se habla de que es una de las entidades del FBI tiene en la mira.
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En CORTO.- En Yucatán, entre burlas y críticas, el alcalde de Valladolid, Homero Novelo Burgos, presumió como “obra magna” la colocación de una simple llave de agua en Xuilub -no es broma-. La escena se viralizó en redes como símbolo del conformismo oficial. No es la primera vez que Novelo queda en entredicho: su cuenta pública fue rechazada por el Cabildo por falta de claridad en el manejo de recursos y enfrenta señalamientos por obras deficientes y permisos irregulares.
Fuente: Heraldo de México /SOFÍA GARCÍA