El Amparo, la última línea de defensa que los legisladores deben proteger

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«Defender el amparo no es oponerse a la eficiencia administrativa ni a la recaudación; es garantizar que la recaudación se haga con respeto a derechos y con procesos que permitan la defensa. La seguridad jurídica es el insumo más valioso para la inversión, la creación de empleo formal y la estabilidad social».

El juicio de amparo es la piedra angular de nuestro Estado de Derecho; no es un adorno legal, sino el mecanismo de defensa que protege al ciudadano frente al poder. Es la garantía que ha dado certeza jurídica a la inversión y a quienes generan empleo en México. Por eso cualquier cambio que se proponga debe explicarse con claridad y revisarse con calma, sin prisas ni atajos políticos.

En COPARMEX hemos participado en las mesas donde se debate esta reforma y celebramos que se haya ampliado el concepto de interés legítimo para reconocer la defensa colectiva. Esa corrección es importante porque permite que comunidades, organizaciones y sectores puedan impugnar normas que afectan a muchos, y no sólo a quienes tendrían la “lesión” en un momento puntual. Es una señal de que el diálogo funcionó en parte.

Pero eso no basta. El ajuste al interés legítimo dejó otras cuestiones sin resolver y pone sobre la mesa dos riesgos concretos que deben corregirse de inmediato por los Legisladores. El primero tiene que ver con la suspensión de actos de autoridad: ese recurso sirve para detener una medida que puede causar un daño irreversible mientras se resuelve el fondo del asunto. Si se endurecen los requisitos para lograr la suspensión, muchos negocios y personas quedarán expuestos a cobros, embargos o sanciones antes de que un Juez determine si la medida fue correcta. Eso no es justicia real; es daño cierto antes de la resolución.

El segundo riesgo apunta a las garantías y a la capacidad de los tribunales para controlar a la autoridad. Si se obliga a garantizar con efectivo o cartas de crédito y se niega aceptar bienes, inmuebles o el propio negocio como garantía, se está dejando fuera a la mayoría de las MiPyMEs, que no operan con liquidez abundante. Además, algunas disposiciones amplían facultades discrecionales del fisco y plantean métricas administrativas que, sin las debidas salvaguardas, pueden minar la independencia de los órganos que resuelven controversias.

A esto se suma un elemento que agrava la incertidumbre: la incorporación de transitorios con efectos retroactivos. Cambiar las reglas a mitad de un litigio afecta a quienes ya están en proceso y rompe la confianza en el sistema. Tampoco ayuda la figura de la “imposibilidad jurídica o material” como excusa para no cumplir sentencias si no se acota y supervisa rigurosamente.

Estas no son tecnicismos: son situaciones que pueden cerrar negocios, destruir empleos y dejar a familias sin ingresos. El amparo ha protegido desde la pequeña tienda hasta proyectos comunitarios y ambientales; debilitarlo por partes es un retroceso que impacta a la vida cotidiana y a la inversión.

Por eso en COPARMEX haremos un llamado firme y propositivo a los legisladores: corrijan las disposiciones que reducen garantías, eliminen la retroactividad, acepten formas diversas de garantía —inmuebles, prendas y negocios en marcha— y acoten la figura de imposibilidad para que no sea un pretexto para incumplir sentencias. Además, proponemos mecanismos claros para que las suspensiones procedan cuando exista riesgo de daño irreparable y sanciones eficaces contra el incumplimiento.

También vamos a impulsar foros técnicos con juristas, académicos y representantes del sector productivo para llevar evidencia concreta de casos reales: empresas con cuentas congeladas, procesos que ponen en riesgo empleos y familias que dependen de una resolución justa. Queremos que los legisladores escuchen hechos, no sólo argumentos.

Defender el amparo no es oponerse a la eficiencia administrativa ni a la recaudación; es garantizar que la recaudación se haga con respeto a derechos y con procesos que permitan la defensa. La seguridad jurídica es el insumo más valioso para la inversión, la creación de empleo formal y la estabilidad social. #OpiniónCoparmex

Fuente: sin embargo

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