Pareja compenetrada: todo lo que debes hacer para construir una relación sana

La complicidad, el apoyo mutuo, el respeto y la comunicación son algunos de los factores que forman parte de este tipo de relaciones. Y, a pesar de lo que muchos piensan, una relación madura no tiene por qué perder la magia

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Lo primero que has de sumir es que las relaciones de pareja perfectas no existen: son irreales. Borra de tu cerebro esas escenas de película en la que chico conoce a chica, «fueron felices y comieron perdices» porque, aunque no lo creas, desde la infancia, las personas son víctimas de arquetipos sociales, ficticios y utópicos.

Pero no solo el cine tiende a mostrar relaciones de pareja que muy poco tienen que ver con la realidad. Las relaciones cercanas, ya sean de amigos o familiares, también influyen en la concepción de relaciones, cuya evolución se sustenta sobre un largo proceso de aprendizaje que pasa por muchas etapas entre las que se dan dificultades pero también momentos de calma.

«Muchas de las personas pasan gran parte de su vida buscando a su ‘media naranja’.

Esa mitad con la cual compartir el día a día, disfrutar de los pequeños detalles y celebrar los éxitos, pero también, en en la cual poder apoyarnos en los fracasos y las situaciones difíciles», aseguran a ABC los expertos en psicología de TherapyChat.

Una relación saludable es aquella en la que prima el respeto entre los integrantes de la relación. Es decir, se tienen en cuenta los sentimientos, deseos y necesidades de la otra persona y, aunque pueden darse situaciones de conflicto, prima el deseo de cuidado y respeto.

«A medida que la relación avanza, empieza a quedar al descubierto nuestro yo más profundo y salen a la luz nuestras mejores virtudes pero también nuestras inseguridades, como por ejemplo, la baja autoestima, las creencias aprendidas de nuestros padres y los estereotipos que nos ha transmitido la sociedad desde pequeños. Así, a medida que vamos compenetrándonos más con la otra persona, estos sesgos comienzan a hacer mella en la relación hasta el punto que terminamos saboteando el vínculo con el otro», advierten los psicólogos de la compañía.

Muchas veces, explican, las personas no se dan cuenta por su implicación emocional. Y es que hay que aprender a funcionar en pareja, diferenciando las dinámicas sanas de las tóxicas y, en función de cómo aceptamos y abordamos estas diferencias y conflictos, si conseguimos o no adaptar nuestra forma de actuar.

¿Qué define a una relación saludable?

«Las relaciones sanas nos ayudan a ser mejores personas», cuentan los expertos a ABC, porque «están basadas en el amor maduro, un tipo de amor en el que cada miembro de la pareja se muestra tal cual es y no intenta suprimir la individualidad del otro porque no es posesivo. Es más bien una relación liberadora en la que podemos mostrarnos abiertamente y ver al otro como es, con sus defectos y debilidades, sin la máscara de la pasión, pero sin dejar de valorar y apreciar los pequeños detalles que nos enamoraron en un inicio. Es un vínculo que nos anima a alimentar cada día la relación, desde una perspectiva más realista pero también más desarrolladora».

El compromiso, la receptividad, el apoyo, el reconocimiento y, sobre todo, el respeto forman parte del día a día de una relación sana. «Es fundamental -apuntan los expertos- que ambos miembros de la pareja acepten y respeten los criterios, modos de ver la vida y las decisiones del otro, ya que solo así podrán crecer juntos».

Los psicólogos recuerdan que una relación sana «se nutre de la complicidad cotidiana y se refuerza ante los conflictos y los problemas, dando paso a un cariño sincero y libre de artificios». Y, a pesar de lo que muchos piensan, «esto no hace que una relación madura pierda la magia sino todo lo contrario, hace que se cubra de un halo de ilusión perenne porque ambos miembros son conscientes de la inmensidad de su amor, pero también de su fragilidad».

En este tipo de relación «cada uno anima al otro a plantearse nuevas metas y le apoya para que pueda lograrlas porque ver crecer al otro también le hace feliz». Las relaciones sanas también se caracterizan «por la complicidad mutua, en la que existe una buena comunicación y una gran confianza para desvelar incluso, esos secretos más oscuros que guardamos en nuestro interior. Y, a diferencia de las relaciones tóxicas, en el amor maduro las raíces crecen con el tiempo».

Todo ello no significa que no existan desencuentros. «A pesar de ellos, ambos deciden estar juntos cada día y crecer uno al lado del otro, no porque lo necesiten sino porque simplemente, así lo quieren», cuentan los psicólogos.

La comunicación en pareja

En toda buena relación, la comunicación es un pilar fundamental. «Una relación en la que no existe comunicación, es una relación abocada al fracaso», advierten los expertos.

Expresar las opiniones, modos de ver el mundo, las emociones, exponer y debatir con la pareja las inquietudes, necesidades y preocupaciones «nos abre la puerta para reforzar la confianza y el respeto entre ambos». Sin embargo, aunque es un elemento básico para que una relación funcione, no es el único. Según los psicólogos de TherapyChat, estos son los otros pilares que no deben faltar en una relación sana:

1. Confianza. Es esa seguridad y tranquilidad de la que se nutre la relación y que le permite seguir adelante y crecer de manera libre y plena.

2. Respeto mutuo. Respetar al otro es una muestra de amor, una forma de aceptación incondicional, una manera de abrazar su individualidad y de dejarle ser quien realmente es.

3. Aceptación plena. Muchas personas empiezan una relación con la esperanza de que el otro cambie. Se trata de uno de los mayores errores en una relación de pareja ya que si realmente queremos mantener un vínculo sano debemos aprender a aceptar al otro plenamente y abrazar tanto sus virtudes como sus defectos.

4. Compromiso. Para tener una relación saludable es esencial comprometerse con la otra persona, pero de verdad. Comprometerse a cuidar de ella y a apoyarla, pero también a mirar por un futuro en el que ambos sean capaces de crecer y recorrer juntos el mismo camino.

5. Amor. El ingrediente mágico que no debe faltar en ninguna relación de pareja. Es el elemento esencial que mantiene unida a la pareja y que le ayuda a superar los peores momentos. Es la clave que marca la diferencia y nos anima a compartir nuestra vida con esa persona y con ninguna otra.

Fuente: ABC

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