Igualdad presenta una campaña para elevar a debate público los peligros del consumo de pornografía extrema por niños y adolescentes
El 60 por ciento no lo busca, sino que llega de forma involuntaria por las estrategias de captación de clientes de la industria pornográfica.
Un porno «cada vez más violento» se convierte en la «peligrosa» escuela sexual de los jóvenes. Es una de las conclusiones del Ministerio de Igualdad que dirige Ana Redondo y que, tras diferentes estudios, explican, les ha llevado a impulsar la campaña institucional ‘Vamos a hablar de Pornografía. Porno. Por no hablar’ para elevar a debate publico su consumo por menores e investigar las causas y consecuencias que tiene en niños y adolescentes.
«Los menores no tienen herramientas para discernir qué es real y qué no, y eso intentan trasladarlo a la realidad deformando sus relaciones afectivo sexuales, asumiendo formas de violencia y dominación», ha explicado Redondo.
La titular de Igualdad ha recordado que el Gobierno prepara instrumentos legales con la ley para la protección de los menores frente al porno, que se encuentra en estos momentos en el Congreso siguiendo su procedimiento legislativo. Así como que también hay un compromiso a nivel europeo por atajar este problema desde las instituciones comunitarias.
La ministra de Igualdad ha apostillado que el contenido erótico y el porno no son el problema, sino que lo peligroso reside en esos contenidos donde hay «violencia e imposición». Redondo ha explicado que la media de edad para acceder a pornografía se sitúa entre los 8 y los 10 años y que el 60 por ciento ni siquiera ha hecho una búsqueda proactiva sino que llega de forma involuntaria. «Hay una industria enorme que busca nuevos clientes en niños y adolescentes y que engancha al 20-25 por ciento de los menores», ha dicho Redondo.
«Hablar de esto ya es un avance, es la campaña que necesita esta sociedad y lo que muchas familias se plantean», ha justificado Redondo en la presentación de los contenidos , en la sede de su departamento, que considera que prolifera una pornografía «cada vez más violenta, que deshumaniza a las mujeres y las trata como meros objetos sexuales».
Por lo que insiste la ministra en que sumado a «la falta de educación afectivo sexual de los menores», se convierte en una «escuela para los jóvenes que deforma sus relaciones afectivo sexuales».
Fuente: ABC