Un empleado bancario de 43 años mantuvo en un refrigerador el cuerpo descuartizado de Carol Maltesi, una actriz de cine para adultos de 26 años, quien era conocida en la industria como Charlotte Angie y era madre de un niño de 6 años.
Maltesi era vecina de su victimario, Davide Fontana, en el pueblo de Rescaldina en Milán, Italia.
La mujer conoció al bloguero gastronómico y amante de la fotografía en 2020, con quien habría sostenido un romance, por lo que Fontana decidió dejar a su pareja para tener una relación abierta con la actriz, según información de El País.
“La conocí a través de Instagram y le hice unas fotos en ropa interior. Vivía en Milán con mi mujer, luego decidí dejarla porque empecé a mantener relaciones con Carol. Manteníamos una relación abierta”, declaró Fintana.
El asesino confeso relató la manera como quitó la vida a Carol Maltesi, quien mientras estaba atada en un tubo de striptease tenía cubierta la cabeza con una bolsa.
Ahí el empleado bancario comenzó a golpearla paulatinamente con mayor fuerza hasta que la mujer dejó de respirar. En ese momento, el homicida tomó un cuchillo de la cocina y le cortó el cuello.
“Comencé a golpearla con fuerza, no estoy seguro de por qué. No sé qué me pasó. Creo que ya estaba muerta, no sabía qué hacer y le corté el cuello con un cuchillo de cocina. Estuve media hora mirándola y luego me fui a casa”, dijo el agresor.
Tras el crimen, Davide Fontana intentó quemar el cuerpo, pero al no tener éxito, metió el cadáver al congelador para después cortarlo en 15 pedazos con un hacha y una sierra para metales.
Posteriormente, limpió el departamento y metió los restos de la mujer en bolsas de basura que volvió a meter en el congelador y así las mantuvo por dos meses y medio.
Incluso, Fontana se hizo pasar por Maltesi al responder los mensajes que recibía en su teléfono celular.
Sin embargo, el pasado 20 de marzo cuando un hombre que paseaba por el campo cerca de la localidad lombarda de Borno (al norte del país) encontró cuatro sacos abandonados de los que salía una mano, según reconstruyen hoy los diarios italianos.
Las bolsas contenían el cuerpo desfigurado y en partes de una mujer, pero los investigadores decidieron difundir algunos tatuajes que se habían conservado en la víctima.
Sería hasta el pasado 20 de marzo cuando un hombre que paseaba por la zona vio los restos humanos esparcidos. El estado de descomposición del cuerpo dificultó la identificación de la mujer por parte de la policía Carabinieri, por lo que gracias a los 15 tatuajes que llevaba, se pudo reconocerla.
Davide Fontana fue sorprendido por un periodista que buscaba la historia de la mujer; situación que llevó al hombre a acudir a la policía para evitar ser visto como sospechoso.
Ahí reportó la desaparición de su pareja, pero no pudo contener la presión durante su declaración y confesó el feminicidio.
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Fuente: XEU








