Jocelyn Nungaray fue asesinada por dos migrantes, luchó contra sus agresores cuando fue llevada bajo un puente en Houston y atacada durante dos horas, dejando marcas de arañazos y mordeduras en uno de los inmigrantes ilegales acusados de su asesinato, eso ocasionó que pudieran identificarlos como sus agresores.
Johan José Rangel Martínez, de 21 años, todavía tenía las marcas de Jocelyn cuando fue arrestado, según la fiscal adjunta de distrito Megan Long en un tribunal del condado de Harris. Rangel Martínez, Franklin José Peña Ramos tiene 26 años, declaró a la policía que intentó detener a Rangel Martínez, pero este se negó y estranguló a la niña.
Crédito: Cuartoscuro
No quieren deportarlos para evitar que evadan la justicia
«He visto casos donde las personas son deportadas con cargos penales pendientes en el condado de Harris, y esos cargos nunca son respondidos», dijo el juez encargado del caso.
Los fiscales comentaron que Rangel Martínez se presentó en el tribunal vestido con un mono amarillo y rodeado de varios alguaciles, se afeitó la barba para cambiar su apariencia después del ataque. Tras el asesinato, Peña Ramos envió un mensaje a su jefe de construcción diciendo que habían estado de fiesta esa noche y que alguien había muerto, según los fiscales.
La familia de Jocelyn, incluida su madre Alexis, estuvo presente en el tribunal. Un miembro de la familia fue escoltado fuera de la sala después de gritarle a Rangel Martínez entre lágrimas. Al parecer Rangel Martínez es padre de dos hijos cuya familia no está en Texas, admitió haber atado a la niña y arrojado su cuerpo a un pantano, pero negó haberla matado.
La comparecencia de Rangel Martínez siguió a la audiencia de fianza de Peña Ramos, quien ingresó al país un mes antes del asesinato de Jocelyn. El juez fijó la fianza de Peña Ramos en 10 millones de dólares, el doble de lo solicitado por los fiscales y diez veces más de lo pedido por la defensa.
Fuente: heraldodemexico
