En el Congreso de los Diputados se ha visto casi de todo, hasta un intento de golpe de Estado en plena democracia, pero hay cosas que siguen resultando impensables. Por ejemplo, que un diputado socialista –podría ser de los sentados al fondo– pida la palabra en el Pleno y con voz solemne implore a Pedro Sánchez que dimita y se vaya a su casa por incumplir su promesa y haber pactado con Bildu y los independentistas. No lo haría en nombre de Dios, como sí hizo el veterano ‘torie’ David Davis en la Cámara de los Comunes para pedir a Johnson que se fuera, pero aún menos por su propia supervivencia, ya que su escaño y su futuro político muy probablemente estén unidos de forma irremediable a su jefe de filas.
Fuente: ABC








