A veces tomamos decisiones de las que nos arrepentimos con el paso de los años…
Si echas la vista atrás, ¿hay algún acontecimiento de tu vida en el que pienses ‘ay, si lo hubiera hecho de otro modo…’, ‘¿por qué no me atreví a esa aventura?’, ‘¿y si no hubiera cancelado esa fiesta?’…
Conforme pasan los años nuestras prioridades van cambiando. Lo que a priori nos parecía súper urgente e importante, poco a poco empieza a dejar de serlo, y lo que antes pasaba más desapercibido o lo veíamos como un lujo (tomar un café con un amigo, una tarde sin hacer nada, dar un paseo por la mañana…) ahora empieza a ser necesario e imprescindible.
Daniel H. Pink, pensador contemporáneo y autor de ‘El poder del arrepentimiento’, define el arrepentimiento como «lo profundamente desagradable que nos inunda cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas y deseamos haber hecho algo diferente o hecho algo de una manera diferente». Según el escritor, «el arrepentimiento nos hace sentir peor, pero si lo tratamos bien, puede ayudarnos a hacerlo mejor, a aclarar lo que valoramos y enseñarnos cómo hacerlo mejor».
Arrepentimientos comunes
Pilar Conde, psicóloga y Directora Técnica de Clínicas Origen, comenta que «es algo habitual centrar nuestra atención del presente en temas del pasado. Rumiar, darle mil vueltas, pensar en qué podría haber sido… y esto suele retroalimentar emociones como culpa, arrepentimiento, decaimiento, etc.».
Tal como garantiza la psicóloga Paloma Rey, «en consulta atendemos a personas de todas las edades, pero hay algo en común en todas ellas: conforme avanza la vida de lo que más se arrepienten y cambiarían si tuvieran la oportunidad es de todo aquello que no se atrevieron a hacer».
A continuación, los arrepentimientos más comunes:
– No haber sido fieles a sí mismos: Muchas personas admiten que pasaron gran parte de su vida intentando cumplir las expectativas de los demás: familia, pareja, amigos… Eligieron lo que parecía un camino seguro, aunque no fuera lo que ellos querían.
– No haber comunicado lo que sentían: No expresar su cariño o amor, no pedir perdón o todo aquello que no dijeron por miedo a generar un conflicto. Conforme avanza la edad, esos momentos se recuerdan con más claridad y se identifica como una falta de libertad.
– No haber cuidado las relaciones importantes: Con el tiempo aprendemos que una de las cosas más importantes en nuestras vidas son los vínculos. Pasamos gran parte del tiempo dándole valor a las cosas materiales, y es en la vejez donde más nos arrepentimos de no haber cuidado a las personas que eran importantes para nosotros.
– No haber asumido riesgos: «El miedo muchas veces nos bloquea y no nos permite vivir la vida como a nosotros nos gustaría», dice Paloma Rey. Con el tiempo nos arrepentimos más de no haberlo intentado, aunque luego no hubiera salido como a nosotros nos hubiera gustado.
– Haber trabajado demasiado: muchas generaciones han crecido con la idea de que el trabajo era sinónimo de valor personal. «Cuando llega la vejez, es muy común arrepentirse de haber dedicado demasiado tiempo al trabajo y haberlo restado del tiempo dedicado a nuestras familias, amigos o a nosotros mismos», explica.
– No haberse conocido a sí mismo de verdad: indica Paloma Rey que hay personas que, lamentablemente, llegan a la última etapa de sus vidas con la sensación de haber estado siempre ocupados, pero sin saber quienes son realmente. Es muy común arrepentirse de no haber dedicado el suficiente tiempo al autoconocimiento, la introspección o de haber pedido ayuda a tiempo.
Para evitar los arrepentimientos
Siempre tomaremos decisiones que en unos años pueden parecernos nefastas, pero Pilar Conde tranquiliza contando que el arrepentimiento se trata desde la compasión, desde el perdón y de permitirnos equivocarnos como seres humanos.
«Normalmente no suelen ser decisiones pensadas con la intención de hacer daño. Algo por lo que se cometió un error, un descuido, se tomó una mala decisión o simplemente se hizo como mejor se supo y se pudo en ese momento… es importante permitirnos equivocarnos y aprender de ello, verlo como una oportunidad de crecimiento que no sentencie tu vida, más bien que sea un evento de impacto en nuestra determinación, en saber hacia dónde queremos y no queremos ir, lo que estamos dispuestos a permitir y lo que no». En definitiva, la experta recomienda soltar el castigo como una herramienta de penitencia para gestionar la culpa, liberándonos del sentimiento de culpa prolongada.
Tomar consejos de personas que han podido pasar por las mismas situaciones también es importante dado que podrán hablar desde su propia experiencia. Si bien es cierto que cada circunstancia es diferente, saber es cuchar puede ayudarnos. Flying Tiger Copenhagen, junto a Adopta Un Abuelo, ha lanzado una iniciativa para dar visibilidad a la importancia de tener cerca a las personas mayores. Hasta el 31 de octubre, se pueden encontrar en las tiendas Flying Tiger Copenhagen los Consejos Sorpresa que los mayores tienen para todos nosotros. La iniciativa busca conectar a los jóvenes con los mayores a través de pequeños consejos llenos de sabiduría.
Dado que de lo que más nos arrepentimos al final de la vida es de las oportunidades que hemos dejado pasar por miedo, aprendamos a atrevernos más para no lamentarlo después. Eso sí, la enseñanza, aunque parezca sencilla, no siempre es fácil de aplicar.
Fuente: ABC








