Salud, la asignatura pendiente

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Mientras el gasto en salud disminuya, no habrá voluntad política ni discursos que permitan mejorar la crisis que afecta a más del 40 por ciento de la población.

El 90 por ciento no es real en el abasto de medicamentos, tal como lo afirmó la presidenta Claudia Sheinbaum en su primer Informe de gobierno. Esto es grave porque los pacientes no solo se enfrentan al desabasto, en particular los oncológicos, sino también al desdén oficial que los estigmatiza.

¿Qué les queda a esos pacientes con enfermedades terminales que carecen de toda protección gubernamental en materia de salud?

Pues, levantar la voz, aunque con ello venga la descalificación e incluso la desatención a sus demandas en las clínicas y hospitales públicos.

Mientras el gasto en salud disminuya, no habrá voluntad política ni discursos que permitan mejorar la crisis que afecta a más del 40 por ciento de la población. Al contrario, ojalá me equivoque, pero el desabasto de fármacos seguirá, mientras no exista un incremento real al presupuesto en la materia. Ahora que está por discutirse el Paquete Económico del próximo año, es la oportunidad idónea para demostrar en los hechos que la voluntad del gobierno es real para revertir el problema.

En su mensaje, la presidenta dijo: “pusimos en marcha el programa Rutas de la Salud para la distribución de medicamentos en el nivel primario y en esta semana se complementa para los siguientes niveles… A pesar de todos los malos augurios, las mentiras y calumnias, trabajamos todos los días para el abasto gratuito de medicamentos. Y en todos los centros de salud y hospitales ya está por encima del 90 por ciento de abasto… Somos persistentes y certeros. El acceso a la salud no es una mercancía ni un privilegio, es un derecho del pueblo de México”, presumió Sheinbaum, mientras que muchos pacientes deambulan entre los centros hospitalarios y clínicas para encontrar el medicamento anhelado.

De acuerdo con cifras del INEGI, en 2024, 44.5 millones de mexicanos carecían de acceso a servicios de salud. Esta cifra, aunque menor que en 2022, sigue duplicando el nivel de 2016. Esto muestra la necesidad de políticas que garanticen un acceso universal y efectivo a la salud.

El presupuesto federal para salud en 2025 es de 881 mil millones de pesos, lo que representa una disminución de 12.02% respecto a 2024 y es el monto más bajo desde 2022. Los principales programas de salud afectados son prevención y control de sobrepeso, obesidad, diabetes y la atención básica del IMSS-Bienestar, entre otros.

El monto de 21.2 mmdp para la atención a personas sin seguridad social en el IMSS-Bienestar es inferior al del Seguro Popular en 2018. La tosferina, el sarampión y otras enfermedades que se consideraban erradicadas por los programas de vacunación han regresado con más fuerza, a tal nivel que en cualquier momento puede escalar a una epidemia.

Así podríamos seguir con más cifras, como la referente a que el 40 por ciento de los ingresos de los sectores sociales más desfavorecidos los ocupa para gastos de salud.

Alejandro Barbosa, presidente de la organización Nariz Roja, dedicada a la atención de niños con cáncer, calificó a la cifra que dio la presidenta Sheinbaum, del 90 por ciento de abasto de medicamentos a clínicas y hospitales, como una mentira. Además, urgió a la mandataria a verificar la realidad en los hospitales públicos.

No es extraño que se mal informe a la titular del Ejecutivo federal sobre el abasto de medicamentos, sobre todo cuando existe una gran presión social y el reclamo de cientos de pacientes por la escasez de los medicamentos oncológicos.

En lugar de descalificar a priori, la presidenta debería hacer un recorrido sorpresivo por varios centros médicos del país para constatar en carne propia si es real o es mentira el desabasto de medicamentos y qué tanto afecta a los pacientes. Mientras tanto, seguiremos padeciendo la falta de insumos, medicamentos y personal médico en el IMSS, ISSSTE y Salud en las entidades federativas que están afiliadas al IMSS-Bienestar.

Hay de mentiras a mentiras y aquellas que dañan a la población son imperdonables; veremos qué tanto son verdad los dichos presidenciales con el paso del tiempo; en tanto, dejemos el beneficio de la duda.

Por lo menos, ya no escuchamos hasta el cansancio la burla presidencial sobre el tema cuando se afirmaba que “tendremos un sistema de salud como en Dinamarca”, y ello ya es ganancia en medio de tanta enfermedad que castiga en particular a los sectores sociales más desprotegidos.

Fuente: EF

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