La OMS constata el fracaso de la prevención del suicidio: un fallecimiento de cada cien en el mundo

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Más de mil millones de personas en el mundo viven con trastornos como la ansiedad o la depresión y afecta más a las mujeres, según el último atlas de salud mental.

Las mujeres son las grandes víctimas de los problemas de salud mental contabilizando más de la mitad de los afectados, según los últimos datos publicados hoy por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el mundo, más de mil millones de personas viven con trastornos mentales como la ansiedad o la depresión.

El estudio de la OMS titulado «La salud mental en el mundo hoy», publicado junto al «Atlas de la salud mental 2024», pone de relieve áreas de progreso, pero también muestra brechas significativas en la atención de los trastornos mentales a nivel global. El impacto económico para la economía mundial, por pérdida de productividad, se cifra en un billón de dólares anuales.

La depresión y la ansiedad son los trastornos mentales más comunes y se encuentran presentes en todos los países, afectando a personas de todas las edades y niveles de ingresos. Actualmente constituyen la segunda causa de discapacidad a largo plazo y provocan una pérdida considerable de años de vida saludable.

Además, incrementan los costos sanitarios para las personas afectadas y los de sus familias, al tiempo que generan pérdidas económicas sustanciales a escala mundial. La agencia sanitaria de la ONU destaca que la prevalencia de los trastornos varía según el sexo, pero que las mujeres resultan desproporcionadamente más afectadas.

Aunque la ansiedad y la depresión son los trastornos más frecuentes en ambos sexos, el suicidio continúa siendo una consecuencia devastadora de los problemas de salud mental. En 2021 causó 727.000 muertes, convirtiéndose en una de las principales causas de fallecimiento entre jóvenes en todos los países y contextos sociales y económicos. Estas muertes prematuras representan un fallecimiento de cada cien en el mundo.

Pese a los esfuerzos desplegados a escala mundial, los avances realizados son muy bajos para que sea alcanzado el Objetivo de Desarrollo Sustentable (ODD, adoptado en 2015) de las Naciones Unidas, que buscaba reducir en un tercio las tasas de suicidio de aquí a 2030. «Aunque la tendencia actual continúa, la reducción solo será de 12%» en cinco años, precisó Dévora Kestel, jefe del departamento de Salud mental en la OMS, en conferencia de prensa.

A escala mundial, le tasa de suicidio disminuyó 35% entre 2000 y 2021, y siguió estable durante la pandemia de Covid-19 pese a un aumento de los factores de riesgo, según el informe.

Cerca de las tres cuartas partes (73%) de los suicidios se producen en los países de escasos ingresos e intermedios, donde vive la mayoría de la población mundial. Los países de ingresos elevados presentan una tasa de suicidio más elevada, pero es difícil establecer comparaciones, pues la producción de datos estadísticos en esos países está más desarrollada que en los países pobres, señala la OMS.

Desde 2020, numerosos países han reforzado sus políticas y planes de salud mental, adoptando enfoques basados en derechos e incrementando la preparación frente a emergencias. Sin embargo, la reforma legal avanza poco ya que sólo el 45% de los países cuenta con leyes conformes con los estándares internacionales de derechos humanos.

Barreras y avances

El gasto gubernamental en salud mental se mantiene en apenas un 2% de los presupuestos sanitarios totales, la inversión se ha estancado, desde 2017. Las diferencias son notables entre los países de altos ingresos que destinan hasta 65 dólares per cápita y los de bajos ingresos con apenas 0,04 dólares de gasto.

Otra dificultad es la escasez de profesionales. La media global es de apenas 13 profesionales de salud mental por cada 100.000 habitantes, con carencias extremas en países de ingresos bajos y medios. Solo el 10% de los países ha completado la transición hacia modelos de atención comunitaria, señaló el estudio.

También está muy generalizada la dependencia de los países de los hospitales psiquiátricos, la mayoría depende de ellos, donde casi la mitad de las admisiones se realizan de forma involuntaria. El informe señala que este tipo de hospitalizaciones se incrementaron en más de un 20% durante el período analizado en 2024.

Sin embargo, hay algunos avances como el de la integración de la salud mental en la atención primaria y el cumplimiento por los países de los criterios marcados por la OMS, el 71% de los países cumplieron con al menos 3 de los 5 criterios fijados. No obstante, persisten grandes lagunas de información y sólo hay 22 países que aportan datos suficientes.

Aunque en los países de bajos ingresos menos del 10% de los afectados por estos problemas reciben atención, frente a más del 50% en los industrializados, en el caso de las emergencias se ha destacado un aspecto positivo con más del 80% de países que incluyen, en 2024, apoyo psicosocial en las respuestas a catástrofes, frente al 39% en 2020.

Fuente: ABC

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