Un cuadro, una moto y un trato roto: la disputa por el Jackson Pollock de 68 millones perdido de Steve McQueen

0
107

La nieta del legendario actor reclama la devolución de un cuadro del maestro del expresionismo que su abuelo intercambió por una moto y una mansión.

La historia tiene todos los ingredientes de un thriller de Hollywood: un icono del cine, una obra de arte multimillonaria, un viejo acuerdo nunca cumplido y una batalla legal que llega medio siglo después. En el centro de la tormenta está un cuadro de Jackson Pollock, valorado en 68 millones de dólares, que hoy cuelga en la pared del salón de un abogado en Carolina del Sur, pero que la nieta de Steve McQueen asegura que pertenece a su familia.

Molly McQueen, heredera del mítico actor apodado el ‘Rey del Cool’, ha presentado una demanda ante el tribunal superior de Los Ángeles para reclamar la propiedad de la pintura. Su argumento es tan sencillo como explosivo: el cuadro nunca debió abandonar el patrimonio de su abuelo. Según la versión presentada ante la justicia, el protagonista de legendarias películas como ‘Bullit’‘Las 24 horas de Le Mans’ o ‘El secreto de Thomas Crown’ transfirió la obra a Rudolph y Pamela Borchert —padres del abogado Brent Borchert— en los años sesenta como parte de un intercambio pactado que incluía una motocicleta y una propiedad en Latigo Canyon, California.

El acuerdo, sin embargo, se torció. Uno de los Borchert estrelló la moto y la casa nunca cambió de manos. McQueen, sostiene la demanda, «reclamó la devolución del cuadro en un plazo razonable», pero la pintura jamás fue devuelta. Hoy, más de cuarenta años después de la muerte del actor, su nieta exige que la obra vuelva a donde pertenece.

Para Brent Borchert, que creció viendo el Pollock colgado en el salón familiar, el pleito ha caído como un rayo. «Esto me suena vagamente», admite en declaraciones al Mirror. «No sé si siquiera había nacido cuando se hizo el trato… Nunca fue un tema del que habláramos en casa. Una vez pregunté a mi madre por el cuadro y me dijo que mi padre había hecho algún tipo de acuerdo. Recuerdo algo sobre una motocicleta y una casa, pero todo es muy confuso».

Lo cierto es que McQueen y Rudolph Borchert eran amigos. Les unía la pasión por las motos, una afición que marcó la vida del actor —que en ‘La gran evasión’ (1963) dejó una huella imborrable a los mandos de una una Triumph TR6 Trophy y llegó a competir en varias pruebas de motocross— y también la del abogado, que recuerda a su padre «recorriendo las montañas en moto» y participando en encuentros con el protagonista de Bullitt (1968).

En uno de esos paseos, asegura Brent, su padre sufrió un accidente que lo llevó al hospital. «Sé que tenía una moto especial, difícil de conseguir, y que la estrelló. Mi madre iba con él. Después de aquello, se prohibió hablar de motos en casa». Esa era la montura en cuestión que iba a ser propiedad de McQueen.

El Pollock, mientras tanto, siguió colgado en la pared como si nada. «De niño era solo otro cuadro. Nunca pensamos en venderlo. Jackson Pollock no era tan famoso entonces y nosotros no necesitábamos el dinero», recuerda. Hoy, la pieza es una de las joyas del expresionismo abstracto y podría superar con creces su valoración actual si saliera a subasta.

Brent, que comparte la propiedad con su hermana Bettina, asegura que no busca un enfrentamiento. «Si pueden demostrar que algo no se hizo bien, estoy dispuesto a llegar a un acuerdo. Pero si no pueden, no lo haré», dice con calma.

«Si pueden demostrar que algo no se hizo bien, estoy dispuesto a llegar a un acuerdo. Pero si no pueden, no lo haré»

Brent Borchert

Abogado al que la nieta de Steve McQueen reclama el cuadro de Jackson Pollock

El caso ahora está en manos de los tribunales, que deberán decidir si la pintura cambió de dueño de forma legítima o si, como sostiene la familia McQueen, sigue formando parte de un legado interrumpido por un trato incumplido. Sea cual sea el veredicto, la historia ha reabierto un capítulo olvidado de la vida del ‘Rey del Cool’ y ha recordado que, en el mundo del arte, el pasado nunca se da del todo por cerrado.

Fuente: ABC

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here