El mayor talento de las MMA: de vendedor de muebles a la cima del mundo en tiempo récord

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Ciryl Gane se enfrentará a Tom Aspinall en el UFC 321 en lo que será su tercera oportunidad de convertirse en campeón de la compañía.

No es sorpresa para nadie que en las artes marciales mixtas (MMA) los pesos pesados no pasan por su mejor momento. Hay una clara sequía de talento y de peleadores que ilusionen. La UFC, pese a ser la mejor promotora del mundo, no se libra de este problema. Faltan luchadores de gran tamaño y buen nivel. Sin embargo, todavía quedan unos pocos que luchan por mantener viva la brasa de los pesados. Dos de ellos son Tom Aspinall y Ciryl Gane, quienes se enfrentarán por el título en el próximo UFC 321.

El francés es sin duda un espécimen. Este ha llegado a lo más alto de la disciplina en un tiempo récord. Gane nació en Francia en 1990 y, aunque siempre fue muy atlético, no empezó en las artes marciales hasta sus 24 años. Mientras trabajaba vendiendo muebles, a la par que estudiaba empresariales, un compañero del trabajo lo instó a visitar el gimnasio, donde tuvo su primer contacto con las artes marciales, más en concreto con el muay thai. Debutó en 2016, cosechando importantes logros. Fue en 2018, con 28 años, que el galo decidió debutar en MMA, una edad bastante tardía para la época. Apenas unos años separaron al joven vendedor de muebles de su debut en el mayor escenario del planeta.

No obstante, Gane demostró su superioridad atlética y sentó un nuevo paradigma. La evolución de los pesos pesados había llegado. Tres peleas profesionales (todas ellas ganadas) le hicieron falta para ser fichado por la UFC, la mayor compañía de la disciplina. Ciryl Gane representaba algo muy difícil de ver: un peso pesado de más de 100 kilos moviéndose como si pesara la mitad. Su forma de circular sobre el octágono, sumado a su paso arrollador por la promotora de Dana White lo hicieron destacar. Una racha de seis triunfos consecutivos lo hicieron merecedor de disputar el cinturón interino de la categoría contra Derrick Lewis, a quien finalizó en el tercer asalto.

Ya como campeón interino le tocaría reclamar el indiscutido contra el campeón Francis Ngannou, con quien había compartido gimnasio en el pasado. No obstante, aquí llegó su primer golpe de realidad. Sus veloces desplazamientos no pudieron evitar la estrategia de lucha del camerunés, quien se llevó la victoria. Esto no desmotivó al francés, quien regresó a la senda de la victoria contra Tai Tuivasa. La salida de Ngannou de la compañía y el regreso de Jon Jones sembraron el caldo de cultivo para que Gane recibiera al mejor de todos los tiempos en los pesos pesados. Sin embargo, en una entrevista antes del pleito, el excampeón interino declaró que era «perezoso», y que solo entrenaba cuando tenía una pelea firmada. Aunque causó las críticas de muchos aficionados, lo cierto es que demostraba su gran talento para la disciplina, siendo capaz de batirse con los mejores del mundo entrenando la mitad. Poco después, su entrenador salió a matizar esas palabras, achacándolas a una conducta pasada.

Habiendo entrenado o no, siendo el mayor talento de la historia o no, lo cierto es que Jon Jones demostró que hay niveles y niveles, sometiendo al francés en poco más de dos minutos. Tras esa segunda derrota, Ciryl Gane se recompuso contra Serghei Spivac. En su último choque enfrentó a Alexander Volkov, en una pelea que causó una gran disconformidad por la decisión de los jueces. Estos vieron como ganador a Gane, opinión contraria a miles de aficionados e incluso al propio Dana White, quien dijo haber visto ganador al ruso. Sea como fuere, el retiro de Jon Jones y el ascenso a campeón indiscutido de Tom Aspinall lo han llevado a ser el siguiente retador.

Esta contienda no será una más. Esta contienda puede ratificar el reinado del inglés, así como poner el broche de oro a la carrera de Gane. Independientemente del resultado, esta puede ser una de las mejores peleas entre pesos completos de los últimos años. Con estos dos al frente, lejos quedan los cuerpos cargados de grasa de la mayoría de luchadores para dar paso a dos atletas que se mueven como pesos ligeros manteniendo su terrorífica pegada. El UFC 321 no solo coronará a un campeón: decidirá quién será el rostro del renacimiento de los pesos pesados.

Fuente: ABC

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