Desorganizado, psicótico y de extrema peligrosidad, así es el asesino en serie de Alicante

Solo paró de matar cuando le detuvieron; en seis meses estranguló a una funcionaria, degolló a un agricultor, apuñaló a una limpiadora y asesinó a otra mujer en Rusia

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«Desorganizado, psicótico y de peligrosidad extrema, ya que solo deja de matar por circunstancias ajenas a su voluntad». Ni hay modus operandi ni relación con las víctimas, que fueron elegidas al azar, de ahí la dificultad de dar con él. Así definen los investigadores a Nikolay Tishov, el ruso de 26 años, autor de cuatro asesinatos (uno de ellos tentativa) en solo seis meses. Es el asesino en serie que actuó en Alicante en 2020 y tras cuyos pasos llevaban dos años Policía Nacional y Guardia Civil. Solo paró de matar cuando lo detuvieron, de lo contrario habría seguido. Su perfil se ajusta punto por punto a la definición de asesino en serie del agente del FBI Robert Ressler: «todo aquel que mata a tres o más víctimas, de forma sucesiva y con periodos de enfriamiento emocional intermuerte».

En cuatro meses (de julio a noviembre de 2020) mató a una funcionaria judicial, a un agricultor y a punto estuvo de acabar con la vida de una limpiadora. En noviembre de ese año huyó a Rusia y tres semanas después asesinó a otra mujer en un estanco. Policía Nacional y Guardia Civil dieron con su pista definitiva tras difundir las imágenes de una cámara de seguridad y reconocerlo sus amigos de Alicante. Nacido en Lobnia (Moscú) había vivido en España durante quince años, luego pasó dos haciendo el servicio militar en su país y a la vuelta empezó a «oír voces», a sentirse perseguido, a fumar porros y beber, y a proponer a sus amigos ataques violentos. A uno de ellos llegó a agredirlo y fue detenido.about:blank

Dos semanas después de su último crimen en La Hoya (Elche) huyó a Rusia, ayudado por su madre, y desde julio del año pasado está en un centro psiquiátrico en Smolensk tras juzgarlo un tribunal y considerar que es un enfermo mental. Los investigadores han solicitado su extradición para que responda por los tres crímenes cometidos en Alicante.

En cuatro meses (de julio a noviembre de 2020) mató a una funcionaria judicial, a un agricultor y a punto estuvo de acabar con la vida de una limpiadora. En noviembre de ese año huyó a Rusia y tres semanas después asesinó a otra mujer en un estanco. Policía Nacional y Guardia Civil dieron con su pista definitiva tras difundir las imágenes de una cámara de seguridad y reconocerlo sus amigos de Alicante. Nacido en Lobnia (Moscú) había vivido en España durante quince años, luego pasó dos haciendo el servicio militar en su país y a la vuelta empezó a «oír voces», a sentirse perseguido, a fumar porros y beber, y a proponer a sus amigos ataques violentos. A uno de ellos llegó a agredirlo y fue detenido.about:blank

Dos semanas después de su último crimen en La Hoya (Elche) huyó a Rusia, ayudado por su madre, y desde julio del año pasado está en un centro psiquiátrico en Smolensk tras juzgarlo un tribunal y considerar que es un enfermo mental. Los investigadores han solicitado su extradición para que responda por los tres crímenes cometidos en Alicante.NOTICIA RELACIONADA

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Su secuencia de muerte en seis meses da idea de su peligrosidad.El 16 de julio de 2020 atacó a su primera víctima, Josefa Samper. La mujer limpiaba un portal en Torrevieja cuando la agredió por la espalda y la apuñaló en el hombro, el omóplato y la cara. Un vecino lo persiguió en su huida y unas cámaras de una tienda grabaron su imagen borrosa. El 11 de agosto se halló el cadáver de un agricultor, Antonio Huertas, con diez puñaladas y degollado junto a su tractor en una finca de Los Montesinos, también en Torrevieja. La Guardia Civil recogió sangre de la que se extrajo un ADN sin nombre.

Su madre le compró un billete de avión a Rusia al día siguiente de matar a la funcionaria de justicia en Elche

El 6 de noviembre la funcionaria de justicia Alicia Valera apareció asfixiada y ahogada en un canal de riego de la pedanía de La Hoya (Elche). La Policía Nacional sacó ADN de unas gotas de sangre en el borde del canal y de la correa de su perro al que paseaba. Al introducirlo en la base de datos se descubrió que pertenecía a las misma persona que mató a Antonio. Sin nombre. Se creó un equipo conjunto de la Sección de Homicidios de la Comisaría General de Policía Judicial, la comisaría de Elche y la Guardia Civil de Alicante.

Hicieron cientos de gestiones: en busca de temporeros (un testigo señaló a un individuo con acento del Este), en hospitales, psiquiátricos, cárceles, entorno de las víctimas, cámaras de seguridas, teléfonos, coches pero sin resultado. A finales de junio pasado se decidió difundir la imagen captada en Torrevieja y unos amigos lo reconocieron. «Es Nikolay». Empezaba la cuenta atrás para dar con el asesino en serie. Se averiguó que entre 2016 y 2020 había vivido en La Hoya, con sus padres, a unos dos kilómetros del lugar donde mató a la funcionaria.

Al día siguiente su madre, que gestionaba varias inmobiliarias en la zona de Torrevieja y se dedicaba a alquilar inmuebles a rusos, le compró un billete de avión a Moscú, donde llegó el 20 de noviembre de 2020. Tres semanas después mató a otra mujer en un estanco. Lo detuvieron e ingresó en prisión preventiva. La familia abandonó la casa de La Hoya en enero y dejó una deuda de 9.000 euros.

Tres semanas después de huir a Moscú asesinó a otra mujer en un estanco; fue detenido y por ese motivo dejó de matar

Sus amigos de Alicante le describen como un chico «normal», que cambió al volver de Rusia de hacer el servicio militar. «No paraba de beber y de fumar porros, de reclamar atención continuamente», contaron a la Policía. Su madre alquiló una casa en La Hoya y ya mostraba la preocupación por el comportamiento de su hijo. Si quedaba con amigos, los llamaba para preguntarle dónde estaba. «Ha salido a fumar un cigarro, ahora entra», le decían. Era ella la que se encargaba de trasladarlo de un sitio a otro, incluidas las citas con sus colegas porque no tenía carné de conducir. A veces se movía en bicicleta.

En julio del año pasado Nikolay fue juzgado por el asesinato del estanco e ingresó en un psiquiátrico debido a su enfermedad mental. El pasado 24 de octubre llegó la respuesta definitiva al enigma del asesino serial, vía Interpol, tras el cotejo de ADN. Sus padres, que debieron de intuirlo, pusieron tierra de por medio. La falta de motivación y de cualquier relación con sus víctimas, su distinto modus operandi (mataba con lo que tuviera a mano) ha convertido la operación Phoenix en un reto y una investigación endiablada.

Fuente: ABC

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