Nuestro corazón late alrededor de 100 mil veces al día y lo hace siguiendo un orden preciso; para lograr esto tanto las aurículas como los ventrículos se contraen de manera coordinada, acción que permite bombear sangre a todo el cuerpo.
Este ritmo está regulado gracias al sistema eléctrico interno del corazón, el cual funciona de manera automática y silenciosa, comenta el Dr. Santiago Nava Townsend, médico cardiólogo y jefe de la especialidad de electrofisiología del Centro Médico ABC.
Pero cuando este orden se altera es cuando se desarrollan las arritmias, esto quiere decir, cambios en la frecuencia y regularidad de los latidos del corazón. Las irregularidades son muy amplias y variadas, algunas pueden ser apenas perceptibles, pero otras pueden representar un riesgo para la vida de la persona que la ha desarrollado.
Clasificación de las arritmias
El término arritmia significa “falta de ritmo” y sirve para describir cualquier alteración que se presente en los latidos del corazón, pueden ser más rápidos, más lentos o irregulares.
De manera normal, el corazón late entre 60 y 100 veces por minuto en una persona en reposo. Este ritmo lo indica el nodo sinusal que es un tipo de marcapasos natural ubicado en la parte superior derecha del corazón.
Las arritmias se producen cuando existe una alteración en la función del nodo sinusal ya sea por la transmisión del impulso o porque surgen latidos adicionales en el ritmo normal; para su entendimiento se clasifican en tres grandes grupos:
Taquiarritmias
Son latidos rápidos que se producen cuando el corazón supera las 100 pulsaciones por minuto estando en reposo, dentro de esta categoría las más frecuentes son:
- Fibrilación auricular: es la arritmia sostenida más común y ocurre cuando las aurículas tiemblan en lugar de latir de forma coordinada. Esta condición aumenta el riesgo de desarrollar coágulos, los cuales pueden viajar al cerebro y causar un infarto cerebral.
- Fibrilación ventricular: esta condición es una emergencia médica, aquí los ventrículos dejan de contraerse y el corazón no puede bombear sangre, sin atención inmediata resulta en un paro cardíaco.
- Taquicardia supraventricular: se produce en las aurículas y surge de manera repentina y provoca palpitaciones intensas que pueden durar desde unos minutos hasta varias horas.
- Taquicardia ventricular: se produce en los ventrículos y puede poner en peligro la vida porque impide que el corazón bombee sangre de una manera correcta.
Bradiarritmias
Se presentan cuando el corazón late menos de 60 veces por minuto; esta condición es común en los atletas y se considera algo normal. Pero, en otras personas, puede provocar síntomas como mareos, cansancio extremo, desmayos o, incluso, paros cardíacos.
- Enfermedad del nodo sinusal: también conocido como síndrome del seno enfermo, implica una falla en la generación de los impulsos eléctricos, llevando a una frecuencia cardíaca lenta.
- Bloqueos AV: el bloqueo cardíaco ocurre cuando hay un retraso o interrupción en la transmisión del impulso eléctrico desde el nodo sinusal a los ventrículos.
- Bloqueos intraventriculares: se producen en el sistema de conducción dentro de los ventrículos como el haz de His y sus ramas, aunque, generalmente, no causan bradicardia por sí solos, pero pueden acompañar al bloqueo en el nodo AV o ser un antecesor del bloqueo AV.
Extrasístoles
Son latidos irregulares que se pueden percibir como golpes o saltos en el pecho, se producen por latidos que aparecen antes de tiempo. En la mayoría de los casos son benignos, pero, si son muy frecuentes, pueden indicar que algo no anda bien en el corazón.
- Extrasístoles supraventriculares o auriculares: se originan en las aurículas, las cámaras superiores en el corazón y son latidos cardíacos adicionales que se producen antes de un latido normal, pueden desencadenarse por el consumo de alcohol, café, fármacos o hasta por estrés.
- Extrasístoles ventriculares: provienen de los ventrículos, las cavidades inferiores del corazón. Además de desencadenantes como la cafeína, alcohol o el estrés, también pueden estar asociadas con enfermedades como la insuficiencia cardíaca.
No todas las arritmias son iguales, pero es importante buscar atención médica adecuada para identificar la causa y, en caso necesario, recibir la atención debida.

¿Cómo se siente una arritmia?
Antes que nada, señala el Dr. Nava, es importante entender que no toda arritmia presenta síntomas, de hecho, muchas personas viven su vida normal, con arritmias benignas, sin darse cuenta.
Pero para aquellas personas que sí experimentan síntomas, el conocimiento de estos es un buen primer paso para buscar atención médica.
Los síntomas de una arritmia variarán ampliamente en función a la intensidad, frecuencia, tipo de arritmia, duración y la salud general de la persona. Dentro de los síntomas más frecuentes se encuentran:
- Palpitaciones: es la sensación más frecuente y se puede percibir como un aleteo en el pecho, un lado que salta o se acelera; también puede percibirse como un fuerte golpe en el pecho. Estas palpitaciones pueden ser esporádicas o constantes.
- Síncope y presíncope: es la pérdida del conocimiento repentina o un mareo intenso con sensación de desmayo, una arritmia rápida o lenta pueden reducir el flujo sanguíneo al cerebro, lo que provoca mareo o, en casos de mayor gravedad, pérdida de la conciencia. Aunque en ocasiones puede tener carácter benigno, se considera una señal de alarma que requiere evaluación médica de inmediato.
- Disnea: la falta de aire es resultado de un corazón que no bombea de manera eficiente, que no logra proveer suficiente sangre oxigenada a los pulmones y al resto del cuerpo, esto genera una sensación de dificultad para respirar.
- Dolor o molestia en el pecho: algunas arritmias, sobre todo las taquicardias, pueden generar una mayor demanda de oxígeno en el corazón, esto resulta en dolor de tipo anginoso.
- Debilidad o fatiga: cuando el corazón late de manera ineficiente puede no suministrar la energía necesaria para las actividades en el día a día, esto desencadena una fatiga persistente.
- Ansiedad o sensación de pánico: en ocasiones, las arritmias pueden provocar una sensación de inquietud o pánico, lo que complica el diagnóstico, debido a que esto también se asocia con frecuencia a trastornos de ansiedad.
Es importante entender que la presencia de uno o más de estos síntomas no significa que haya obligatoriamente una arritmia grave. Pero en caso de experimentarlos frecuentemente, de manera intensa, con desmayos o dolor en el pecho, es crucial buscar atención médica.
Importancia de un diagnóstico acertado
Una de las mayores dificultades al momento de hablar del diagnóstico de arritmias es que no siempre se presentan en un consultorio y muchas veces aparecen de manera intermitente, así que cuando el paciente va a revisión puede que el corazón esté latiendo de manera normal.
Durante la primera consulta, el médico cardiólogo hace una exploración general del paciente y conoce su historial médico para identificar los síntomas, antecedentes familiares, hábitos y enfermedades previas como diabetes o hipertensión, comenta el Dr. Nava.
El electrocardiograma es uno de los estudios más utilizados, ya que permite mostrar el tipo y origen, si la arritmia está presente. Pero en aquellos casos donde esto no se logra, existen monitores que graban el ritmo cardíaco a lo largo del día, como el estudio Holter.
Una vez que se ha identificado el tipo de arritmia, se procederá en función a las características particulares de esta. En algunos casos, realizar cambios en los hábitos y estilo de vida puede ser suficiente. Pero también se pueden emplear medicamentos para controlar la frecuencia de los latidos, regular el sistema eléctrico del corazón o evitar la formación de coágulos.
Para situaciones más complejas, los médicos pueden recurrir a técnicas avanzadas como la cardioversión eléctrica que suministra una descarga controlada para que el corazón recupere su ritmo normal. La ablación con catéter destruye la zona del corazón que causa la arritmia. El marcapasos es un dispositivo que envía impulsos eléctricos para corregir ritmos demasiado lentos y los desfibriladores implantables son aparatos que detectan y corrigen de manera automática las arritmias graves, que podrían ser mortales.
Para concluir, el Dr. Nava indica que las arritmias son un grupo variado de trastornos que afectan el ritmo cardíaco. Escuchar al cuerpo es fundamental para llegar a un diagnóstico temprano y brindar un tratamiento adecuado, lo que marca la diferencia entre una vida normal y la aparición de complicaciones graves como un Ictus o un paro cardíaco.
En la Clínica de Arritmias del Centro Médico ABC se cuenta con el personal y equipo necesario para brindar la mejor atención posible a los diferentes tipos de arritmias.
Fuente: Heraldo de México