En países como Estados Unidos, China, Canadá, Brasil y la Unión Europea ya se están implementando marcos regulatorios específicos relacionados con la IA.
El uso de la inteligencia artificial (IA) es cada vez más común en diversos ámbitos y su regulación depende de cada país o región, ya que no existe un único organismo mundial que la controle.
A nivel internacional, instituciones como la ONU (Organización de las Naciones Unidas) han impulsado debates éticos y legales sobre IA, especialmente en derechos humanos.
La UNESCO ha publicado recomendaciones globales sobre su uso ético, asimismo la OCDE ha establecido principios para su uso responsable entre los países miembros.
En el caso particular de México aún no hay una ley que la regule, sin embargo, ya comienzan a darse debates legislativos y propuestas en las que sigue trabajando.
Ordenamientos jurídicos
En entrevista para El Economista, Guillermo Solórzano, socio fundador de la firma Solórzano Linaldi, explica que, si bien, en México el uso de IA no está reglamentado indirectamente hay reglas que si pueden ser aplicadas.
“Lo que hoy existe con respecto a la regulación de la IA en México son ordenamientos jurídicos legales que no necesariamente fueron creados para atender temas sobre inteligencia artificial, pero que si tienen injerencia indirecta como el derecho a protección de datos personales, de privacidad y seguridad jurídica”, explica.
“Hay leyes específicas de protección de datos personales, la Ley Federal de Derecho Autor, proyectos de sentencias de la Corte que han ido definiendo algunas cuestiones en tema de inteligencia artificial y derechos de autor”.
Supervisión
De acuerdo con el especialista es en el uso de la inteligencia artificial generativa (IA Gen) donde su uso incorrecto podría ser violatorio de los derechos de alguien más y en donde la supervisión humana toma un rol importante.
“Por ejemplo, hay productos basados en información u obras que están protegidas por derechos de autor, y que al copiarla y usarla como propia puede generar infracciones o incluso hasta considerarse plagio”, explica.
“Esto también depende de las instrucciones que le des a los comandos de IA cuando pidas que te genere una obra. Voy a ponerte un ejemplo: Si la plataforma no tiene políticas correctas y tienen dentro de su inventario un número de obras que están protegidas por derechos de autor y yo le pido de manera muy general ´Créame una pintura que integre árboles, caballos, un campo, entonces la plataforma genera un algoritmo y te puede crear una obra que quizá esté protegida. Si embargo, si yo en los comandos también le pido que esa misma obra no invada derechos, claramente estoy estableciendo los comandos que tengan mucho menos riesgo de estar invadiendo un derecho previamente protegido por alguien más”.
Guillermo Solórzano enfatiza que la supervisión humana debe ser un paso obligatorio en el uso de la IA para garantizar o reducir la invasión de una obra protegida.
“Si tú pides que te ayuden a redactar un artículo periodístico con IA y le das instrucciones claras que de que no utilice de base nada de lo que esté publicado en los diferentes medios de comunicación, ni en libros, pero además haces una supervisión a través de diferentes herramientas físicas y digitales para verificar que el contenido no invade ningún tipo de derecho, vas a reducir las probabilidades de infracciones”.
Finalmente, el socio fundador de la firma Solórzano Linaldi indicó que si bien se está avanzando en una reglamentación enfocada en la IA, hay normas que indirectamente pueden ser aplicadas y que su violación tiene repercusiones legales.
Fuente: eleconomista