Es «prácticamente seguro» que este año eclipsará a 2023 como el más cálido desde que se tienen mediciones oficiales de temperaturas. Tendrían que caer los registros -algo altamente improbable- para que 2024 no vuelva a batir un récord de calor. Lo relevante, después de varias temporadas con el mensaje de alerta de temperaturas desbocadas, es que los científicos dan casi por hecho que se superará la línea roja del 1,5º de calentamiento global señalado en los Acuerdos de París para frenar el cambio climático.
La lucha climática está enfocada a este objetivo, intentar que el termómetro no supere este límite, con el fin de que el clima global respete y haga posible la vida en la Tierra tal y como la hemos conocido hasta ahora. Pero, como ya ha advertido en multitud de ocasiones la comunidad científica, el calentamiento se acelera y lo que se pensaba que sucedería en 2030 ya está pasando.
«Dado que 2023 fue 1,48 °C superior al nivel preindustrial, también es prácticamente seguro que la temperatura anual para 2024 será más de 1,5º centígrados superior al nivel preindustrial, y es probable que sea más de 1,55º», valoró ayer Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de la Unión Europea.
A pesar de que faltan algo más de un mes para que el año 2024 arroje datos cerrados y definitivos, el citado servicio de vigilancia adelanta sus conclusiones de cara a la próxima cumbre del clima, COP 29 de Bakú (Azerbaiyán), que comienza el próximo el lunes.
En este encuentro, el principal objetivo de los países reunidos será acordar un incremento en la financiación destinada a abordar el cambio climático. Junto a esto, también se pondrán las bases de los objetivos de reducción de emisiones que toca fijar en la COP30, que se celebrará en el estado brasileño de Belém y donde se renovarán los compromisos climáticos de cada estado.
Un año de eventos extremos
Mientras la acción política se define, el calentamiento global sigue su curso y año tras año muestra su escalada en las temperaturas, con las implicaciones que eso tiene para la expresión del clima a escala planetaria.
Cada fracción de aumento de temperatura alimenta los eventos climáticos extremos: a un lado las sequías y las olas de calor, al otro las lluvias torrenciales y las inundaciones. Aún con el drama vivo en Valencia tras la devastadora gota fría del 31 de octubre, este año 2024 también será recordado por los incendios forestales sin precedentes que arrasaron Perú, las las inundaciones en Bangladesh, que destruyeron más de un millón de toneladas de arroz, y por un huracán Milton en Estados Unidos especialmente feroz debido al cambio climático.
Los datos de Copernicus se cotejan con registros de temperatura global que se remontan a 1850 y se actualizan mes a mes. Así se ve que octubre batió nuevo récord: volvió a ser el segundo más cálido de la historia a nivel mundial, después de que el de 2023 también lo fuese. Por ello se espera que el año acabe en la misma línea.
Con respecto a la era preindustrial, esto es cuando la sociedad comenzó a quemar combustibles fósiles de forma estructural para impulsar su industria y economías, este mes de octubre de 2024 fue 1,65º más cálido. En una escala menor, concretamente en un periodo de 16 meses, también fue el decimoquinto mes en el que la temperatura media mundial del aire en superficie superó en 1,5° los niveles preindustriales.
La anomalía de temperatura media global para los primeros 10 meses de 2024 (de enero a octubre) fue 0,71º superior a la media de 1991-2020, «la más alta registrada para este período», y 0,16º más cálida que el mismo tramo de 2023. «Ahora mismo es prácticamente seguro que 2024 será el año más cálido registrado. La anomalía de temperatura media para el resto de 2024 tendría que caer a casi cero para que 2024 no fuera el año más cálido», valoran desde el servicio de vigilancia europeo.
Por regiones, las temperaturas europeas estuvieron «por encima de la media en casi todo el continente». Fuera de Europa, mostraron la misma tendencia en el norte de Canadá y «muy por encima de la media» en el centro y oeste de Estados Unidos, el norte del Tíbet, Japón y Australia. Las temperaturas solo estuvieron por debajo de la media en Islandia y el centro de Groenlandia.
Los océanos, tan relevantes en la regulación del clima global, también presentaron temperaturas en superficie que permanecieron «inusualmente altas en muchas regiones» del mundo, concluye el informe de Copérnicus sobre octubre.
Burgess, directora adjunta del servicio Copernicus, valoró que este «nuevo hito» deberá servir como «catalizador para aumentar la ambición de cara a la próxima Conferencia sobre Cambio Climático en Bakú».
Todos los resultados trasladados por este servicio se basan en análisis generados por computadora y de acuerdo con el conjunto de datos ERA5, utilizando miles de millones de mediciones de satélites, barcos, aviones y estaciones meteorológicas de todo el mundo.