¿Qué mueve a una mujer adulta mayor a envolver en papel periódico la pistola guardada por varios años en el clóset y transitar con el paquete dentro de su bolsa, en autobús y Metro, para llegar a un módulo de canje del programa Sí al Desarme Sí a la Paz?
Voluntad y confianza. La convicción de sacar de su hogar el arma como una medida para impulsar la paz y evitar un mal empleo, así como la certeza de que no será cuestionada sobre su origen y antecedentes de uso.
La estrategia recompensa el interés ciudadano por desarmarse, un elemento central en la política de seguridad instrumentada por Claudia Sheinbaum y continuada por Martí Batres en la Ciudad de México.
Desde 2019, cerca de 9 mil armas cortas y largas, casi mil granadas y más de un millón de cartuchos han sido canjeadas en un modelo de construcción de paz en el cual intervienen autoridades federales, locales, militares, la Iglesia Católica y organismos como el Consejo Ciudadano.
En el mundo es una estrategia única, con módulos instalados en los atrios de templos donde el Consejo participa. Hay otras impulsadas por gobiernos o por organizaciones no gubernamentales, también exitosas en su propósito.
Bajo la coordinación gubernamental, Argentina cuenta con el Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego iniciado en 2007 y Brasil con el Estatuto del Desarme de 2003 para el canje por dinero. Lo hicieron también Australia en 1996 tras la masacre de Port Arthur que dejó más de 30 muertos, y ese mismo año en Reino Unido luego de un tiroteo en una escuela de Dunblane, donde murieron 16 niñas y niños de entre 5 y 6 años.
La capital nacional no es una ciudad donde se registren este tipo de ataques. Hay un proceso de fortalecimiento a la cultura de la paz, de cuyos resultados han sido pilares Claudia Sheinbaum, Martí Batres y la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, con una disminución en CDMX en 5 años 8 meses cercana al 60 por ciento en homicidios dolosos y un promedio diario de 1.7 en julio, similar a los dos registrados al cierre del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el entonces Distrito Federal.
El destino de las armas recolectadas con Sí al Desarme Sí a la Paz es visible en las esculturas “Molino para la Paz” y “El Peso de la Paz” —en Paseo de la Reforma y el Eje Vial Manuel González y en el camellón de Periférico Oriente y Porfirio del Castillo—, realizadas a partir de concursos convocados por el Consejo Ciudadano.
La paz es un espacio ciudadano de convergencia. El programa ha sido simbólica y materialmente exitoso bajo esa noción y ayer fue reconocido con la Cancelación de la Estampilla Postal conmemorativa, en una ceremonia encabezada por el secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz, y la directora general del Servicio Postal Mexicano, Rocío Bárcena.
En la participación ciudadana es posible decir a mí mis timbres… por mis pistolas.