«Coincido con Carmen Cabestany, presidenta de la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), que el tiempo no todo lo cura. El acoso escolar genera unas secuelas indeseables en sus víctimas». Así comenzó Javier Urra, psicólogo y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, su participación en el evento de entrega de los primeros Reconocimientos «Dilo Todo Contra el Bullying», celebrado recientemente, organizado por Totto (multinacional especializada en mochilas y complementos) y Gestionando Hijos (proyecto cuyo objetivo es colaborar con madres y padres en su labor educativa).
El experto abogó por abordar el «bullying» en España de manera completa, ya que no hay estudios oficiales en torno al acoso escolar, tal y como también reclama NACE. «Según la Asociación Americana de Pediatría, la mayor tasa de suicidio entre los jóvenes se produce por ser víctimas del acoso», recordó Urra, quien aseguró que existe una «huella del silencio» sobre esta lacra social.
«La víctima se sienten mal, sola, ridiculizada… El niño que es víctima del ‘bullying’ no sabe por qué es distinto y eso le genera mucho dolor», explicó. Todo ello provoca que, en la mayoría de los casos, no se lo quiera contar al profesor porque «este es incapaz de detectarlo entonces, ¿para qué contarlo? Tampoco informan a la familia porque si intervienen, se vuelve en su contra».
Urra denunció también que «hay colegios que dicen que aquí no pasa nada. ¿No captan la realidad o solo quieren lavar su imagen? Porque lo que sucede en la realidad es que ese niño es sacado de ese centro para no ser acosado», recordó, ante la falta de un verdadero plan de intervención. «Aquí pasa algo cuando quien se tiene que ir del colegio es la víctima y no el acosador», dijo. Todo ello hace que los menores «lleguen a la conclusión de que el problema está en ellos, y no es verdad».
A la hora de definir el perfil del acosador, el ex Defensor del Menor señaló que suele ser una persona que «quiere ser respetada desde el miedo y suele ser conflictivo. Es un chaval un poco mafioso, ‘perdonavidas’ y que busca a chavales que se posicionen en su lugar». Este grupo que le rodea «no es activo en la agresión peor tampoco es valiente para denunciar la situación de acoso». Con respecto a la víctima, suelen ser menores que «pecan de ciertas habilidades sociales y carecen de ese grupo de gente que le defienda».
En opinión de Urra, «los adultos no somos conscientes de la dura realidad de ese niño que sufre ‘bullying’, de su dolor. No hay que olvidar que para estos chavales, lo esencial en su vida es su grupo de iguales y si este grupo se ríe de él, entra la desesperanza y con la desesperanza, para ellos, la vida no tiene razón de ser». Por ello, Urra recordó que «el acoso escolar es de los peores daños que un niño puede sufrir».
«Hay que tratar los niños y adolescentes con respeto y exo exige responsabilidad. Por eso, hay que preguntarles, ‘¿tú no serás el que acosa? ¿No serás el testigo?«, recordó, ya que a partir de los 14 años, el caso puede llegar a la Fiscalía de Menores.
Fuente: ABC
