Cómo el calor intenso resultó ser un peligro inminente durante mi embarazo

La exposición al calor intenso durante el embarazo se ha relacionado con una serie de riesgos, desde partos prematuros hasta bajo peso al nacer, muerte fetal y anomalías congénitas en el feto.

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El cambio climático es un tema candente en todo el mundo, y sus impactos se sienten en todas partes. Pero un riesgo que a menudo pasa desapercibido es cómo el calor extremo puede afectar a las mujeres embarazadas y sus bebés por nacer.

En este reportaje, exploraremos la investigación innovadora que busca arrojar luz sobre este tema crítico. Desde estudios en cámaras climáticas hasta investigaciones de campo en comunidades vulnerables, descubriremos cómo el calor extremo puede tener consecuencias devastadoras y cómo los científicos están luchando por encontrar respuestas concretas para proteger a las futuras madres y sus hijos.

Un experimento en la Universidad de Sydney

Imagina realizar ejercicio en un entorno donde el termómetro marca 36°C y la humedad se eleva al 56%. Eso es lo que experimentó Jem Cheng, postdoctorada en la Incubadora de Investigación sobre Calor y Salud en la Universidad de Sydney.

Durante 86 minutos pedaleando en una bicicleta estática en estas condiciones extremas, Cheng sudó casi un kilogramo. Aunque pudo soportarlo, el experimento arroja luz sobre un peligro real que enfrentan las mujeres embarazadas en un mundo que se calienta constantemente.

La exposición al calor intenso durante el embarazo se ha relacionado con una serie de riesgos, desde partos prematuros hasta bajo peso al nacer, muerte fetal y anomalías congénitas en el feto.

Los estudios epidemiológicos han demostrado que incluso un pequeño aumento en la temperatura ambiente puede aumentar significativamente estos riesgos. El parto prematuro, en particular, se ha relacionado con un 5 % de aumento de riesgo por cada aumento de 1 °C en áreas cálidas y un 16 % durante las olas de calor.

Investigación insuficiente y falta de conciencia

A pesar de estos hallazgos alarmantes, la investigación sobre cómo el calor extremo afecta a las mujeres embarazadas es insuficiente. Además, los riesgos específicos para las personas embarazadas rara vez se reconocen en los planes de preparación para el cambio climático o en la documentación relacionada.

La falta de datos y la comprensión de cómo responden biológicamente las personas embarazadas al estrés por calor agravan aún más la situación.

En un esfuerzo por comprender mejor los riesgos del calor extremo durante el embarazo, los investigadores de la Universidad de Sydney han recurrido a una cámara climática.

Así se ve el embarazo en temperaturas extremas. | Créditos: Universidad de Sydney

Utilizando esta innovadora instalación, planean estudiar a mujeres embarazadas mientras realizan ejercicio físico en condiciones de calor extremo. El objetivo es identificar los límites seguros de exposición al calor durante el embarazo.

La investigación existente sobre la respuesta del cuerpo al calor se ha basado en gran medida en hombres jóvenes y saludables. Sin embargo, las mujeres embarazadas tienen características fisiológicas únicas que deben considerarse.

A medida que el cuerpo de una mujer embarazada cambia y se adapta al embarazo, su capacidad para regular la temperatura también varía. La grasa adicional y el aumento del volumen de plasma son solo algunas de las diferencias clave que deben tenerse en cuenta al comprender cómo el calor afecta a las personas embarazadas.

El calor extremo en el mundo real

Para obtener una comprensión completa de los desafíos que enfrentan las mujeres embarazadas en áreas vulnerables, se han realizado estudios de campo en lugares como el condado rural de Kilifi en Kenia.

Aquí, las mujeres embarazadas luchan por evitar la exposición al calor mientras trabajan bajo el sol, recolectan leña y realizan actividades cotidianas, enfrentando riesgos como la deshidratación y la presión arterial alta.

La exposición al calor extremo también tiene efectos indirectos en la salud de las mujeres embarazadas. Por ejemplo, las altas temperaturas pueden llevar a comportamientos riesgosos, como la falta de uso de mosquiteros y la renuencia a caminar largas distancias para recibir atención prenatal.

Estos factores pueden aumentar la exposición a enfermedades como la malaria y poner en peligro tanto a la madre como al feto.

El camino hacia una comprensión más profunda

A pesar de los desafíos y las sensibilidades éticas, los investigadores están comprometidos en desentrañar los misterios de cómo el calor extremo afecta a las mujeres embarazadas y sus bebés.

Estudios de campo en Gambia y la India, junto con investigaciones en cámaras climáticas, están arrojando luz sobre estos problemas críticos. Los científicos esperan desarrollar medidas concretas y culturalmente adecuadas para proteger a las personas embarazadas en todo el mundo de los riesgos del calor extremo.

Fuente: heraldodemexico

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