Donación de órganos: un tema vital para discutir en familia

En México, la decisión de donar los órganos de un fallecido recae en los familiares.

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En uno de los momentos más difíciles que una persona puede enfrentar, como la pérdida de un ser querido, surge una oportunidad única: la de ofrecer vida a otra persona a través de la donación de órganos. 

En México, la decisión de donar los órganos de un fallecido recae en la familia, quienes pueden optar por dar esperanza a pacientes que necesitan un trasplante para sobrevivir.

Aunque cada año se realizan cientos de procedimientos exitosos, miles siguen en lista de espera o mueren esperando porque el órgano nunca llegó. En gran parte de las ocasiones es porque la familia dice ‘no’ a la donación. (Foto: Canva)

“Tenemos una tasa de negativas familiares, en México, del 40 por ciento o más», señala Homero Zapata Chavira, director del Centro de Trasplantes del Estado de Nuevo León (CETRAENL), creado en 2020 para coordinar los trasplantes y donaciones en la entidad.

Esto significa que, de los fallecimientos que pudieran derivar en donación de órganos, casi la mitad no se concreta por rechazo de la familia. 

¿Y por qué se niegan? 

Principalmente porque desconocen si su ser querido habría querido ser donador o no.

«Las negativas más frecuentes son: ‘Yo no sé si él quería o no quería'», señala Irma de Osio, quien por una década fue coordinadora del Programa de Donación y Procuración de Órganos del Hospital Universitario.

«No es tan infrecuente que cuando dicen que sí a la donación es porque sus familiares habían dicho en vida que sí querían ser donadores».

(Foto: Canva)

Quienes trabajan con trasplantes de órganos y tejidos concluyen que para elevar las tasas de donaciones en el país es importante que cada persona reflexione si le gustaría ser donador al morir, y de ser así, hablarlo en vida con su familia.

‘QUIERO SER DONADOR’

Una persona viva puede donar uno de sus riñones (lo más común), una parte de hígado o algunos tejidos.

En el caso de personas fallecidas, la donación puede ser a partir de la muerte por paro cardiaco (puede donar tejidos como córneas, huesos y piel) o por muerte encefálica, que da pie a donaciones multiorgánicas (corazón, pulmones, hígado, riñones, intestino y tejidos).(Foto: Canva)

La Ley General de Salud señala que todos los mayores de edad pueden decidir en vida si desean ser donadores al morir.

Existen documentos con los que se puede expresar dicha voluntad, como la tarjeta de donador y la credencial de manejo. No obstante, quien tiene la palabra final tras la muerte es la familia.

«Para que una persona sea donadora se necesita el consentimiento de la familia», afirma Zapata Chavira. «A pesar de tener en nuestra licencia (de manejo) que queremos ser donadores o estar registrados en Centro Nacional de Trasplantes y tener nuestra credencial (de donador), esto es con fines informativos y estadísticos. No son documentos legales».

(Foto: Canva)

Es por eso que los hospitales que tienen permisos para realizar donaciones y trasplantes cuentan con especialistas encargados de aproximarse a las familias, en esos momentos de duelo, para preguntarles si aceptarían donar los órganos de su ser querido.

Y ahí es donde han encontrado que el desconocimiento sobre los deseos de su familiar es la limitante más grande.

«Si cada persona está convencida (de que quiere donar) lo más recomendable es que lo platique con la familia cercana», aconseja Zapata.

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