Uno de los grandes retos que enfrentamos en Chiapas es el analfabetismo. En la última medición del INEGI (2020) ocupamos el primer lugar nacional con el 13.7% de la población de 15 años o más en esta condición que, lastimosamente se concentra en la zona de los Altos y de la Sierra, es decir, en los municipios indígenas y más pobres de nuestro terruño.
Rosario Castellanos decía que el analfabetismo es el principal síntoma de exclusión que niega la identidad y los derechos del pueblo. Señaló que la educación debe ser una herramienta de emancipación y no de colonización cultural para permitir a los pueblos preservar sus tradiciones y al mismo tiempo participar activamente con el resto de la sociedad.
Desde la campaña a gobernador convoqué al pueblo de Chiapas a abrir nuestra conciencia. He hecho un llamado para mirarnos, para asumir nuestra pluralidad e identidad y también reconocer los pendientes que tenemos con los más pobres de nuestro estado.
El humanismo consiste en retornar a la esencia de lo humano, a lo que nos es común y deseable para nuestras vidas como la dignidad, la libertad y el bienestar general de los nuestros no solo en el pensamiento sino en la efectiva transformación de la vida individual y colectiva. El humanismo guarda una clara preocupación por los más pobres.
Por ello a partir del 8 de diciembre que tomaré protesta legal como gobernador, convocaré al pueblo de Chiapas a una histórica cruzada para revertir el analfabetismo.
Seré el primer soldado del ejército humanista que como misión tendrá sembrar la palabra para sacar del olvido y el rezago a nuestros hermanos que viven en el analfabetismo. La alfabetización brinda la oportunidad del conocimiento, de nombrar, de interactuar y de comunicarnos y eso ayuda a forjar identidad, consciencia y paz.
Chiapas será referente nacional del combate al analfabetismo porque tengo la certeza de que en el corto plazo dejaremos ese lamentable primer lugar nacional.
Para el gobierno de la nueva era, la alfabetización de nuestro pueblo es prioridad en el marco del humanismo transformador que será transversal en cada una de nuestras acciones y programas. Llevaremos esperanza a poblaciones enteras que hoy se sienten en el abandono, les devolveremos la alegría y la esperanza a sus vidas y sus corazones.
No escatimaré en echar mano de organismos internacionales, de tecnología, de aplicaciones educativas, y de bibliotecas ambulantes, pero, sobre todo, de la voluntad inquebrantable que me acompaña para sacar del rezago a nuestro pueblo. Sembraremos la palabra en Chiapas porque la palabra sana, la palabra devuelve la esperanza, la palabra también pacifica.
POR EDUARDO RAMÍREZ AGUILAR