La Secretaría de Marina (Semar) anunció que planea expandir la zona en la que coloca bloques de hormigón en el lecho marino con ganchos de acero en la parte superior para atrapar las redes agalleras que provocan la muerte de la vaquita marina.
El plan es sembrar 216 bloques de concreto a lo largo del perímetro y en sitios de la Zona de Tolerancia Cero (Zo) del hábitat de estos animales marinos que están en peligro crítico de extinción.
Iniciaron a arrojar los bloques de concreto en 2022 en el Golfo de California, con la esperanza de que puedan ayudar a salvar al mamífero marino más amenazado del mundo.
De julio a octubre del año pasado, colocaron 193 de esas estructuras en la Zo.
Un polígono de 225 kilómetros cuadrados donde están prohibidas la pesca y el acceso a cualquier embarcación no autorizada.
La vaquita marina sólo vive en el Golfo de California, también conocido como Mar de Cortez,
Los expertos calculan que los más recientes avistamientos indican que sobreviven entre 10 y 13 ejemplares, una cifra similar a la de la expedición de 2021.
Especialistas han advertido que no pueden vivir ni reproducirse en cautiverio.
Cada bloque pesa de dos a tres toneladas y cuenta con un par de ganchos de 2.5 metros de largo con puntas dobladas hacia adentro para que atrapen y desgarren las redes de pesca, según la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto de 2022.
La Semar aseguró que la líder del crucero de observación Barbara Taylor, consideró que esta medida constituye la primera acción del Gobierno mexicano que realmente creó un santuario para la vaquita marina por la disminución significativa de embarcaciones y redes de enmalle.
Según la dependencia, por recomendación de investigadores que participaron en dicha expedición se inició el 30 de agosto la primera de dos etapas para ampliar el proyecto.
Se colocarán 64 estructuras a lo largo del perímetro de la Zo y al sur de la misma.
Más adelante se tiene previsto sembrar otras 152 en esas zonas donde especialistas han registrado la presencia de vaquitas marinas tanto visualmente como por detección acústica.
La ampliación del proyecto está sujeta al cumplimiento de la normatividad vigente.
La MIA de 2022 indica que se establecerá un programa de monitoreo de calidad del agua, otro de monitoreo de fitoplancton, uno más de zooplancton, al igual que uno de recuperación de redes atrapadas en los bloques para evitar que causen el ahogamiento de mamíferos y aves.
Como ocurrió el año anterior, las tripulaciones de los buques balizadores «Sagitario» y «Virgo» estarán a cargo de colocar con grúas los 216 bloques sobre el fondo marino.
