Tráfico de personas, contrabando de drogas y pesca ilegal: el gran negocio del narco en el golfo de México

La última ola de sanciones de Estados Unidos revela cómo la frontera marítima se ha convertido en uno de los terrenos más lucrativos para el crimen organizado, con un impacto directo en el ecosistema y la supervivencia de especies marinas

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La venta de huachinangos no es precisamente lo primero que se viene a la mente cuando uno escucha hablar del Cartel del Golfo, pero ya es uno de sus negocios más redituables. Así lo reveló la última ola de sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que ha incluido este martes en su “lista negra” a cinco colaboradores de la organización criminal involucrados en un esquema de pesca ilegal, tráfico de personas y contrabando de drogas. El comercio furtivo no sólo ha elevado las tensiones en la frontera marítima que comparten ambos países, también ha pasado factura al ecosistema y a la supervivencia de otras especies en el golfo de México, reconvertido en un inmenso y lucrativo territorio para el mercado negro, mientras el narco incrementa sus ganancias.

“Las sanciones subrayan cómo las organizaciones criminales trasnacionales como este cartel se apoyan en una variedad de esquemas ilícitos como la pesca ilegal, no declarada ni regulada para financiar sus operaciones”, se lee en el comunicado oficial. Las autoridades estadounidenses identifican al Cartel del Golfo como uno de los grupos criminales más longevos y peligrosos de México, con predecesores que datan de la década de los treinta.

La organización tiene su bastión en el Estado de Tamaulipas, que comparte alrededor de 370 kilómetros de frontera con Texas. Pero cada vez ha volteado a ver más hacia el golfo, un inmenso corredor marítimo para traficar drogas y personas en lanchas y embarcaciones pequeñas de unos 10 metros de largo, pensadas para eludir la vigilancia de la Guardia Costera y volver rápidamente a aguas mexicanas para evitar ser atrapados.

Estados Unidos asegura que el cartel echa mano de los mismos botes para incursionar en la pesca furtiva de huachinango, una especie emblemática del golfo de México y que tiene un precio que ronda los 60 dólares por kilo de filete en los supermercados estadounidenses. La organización utiliza Playa Bagdad como base de operaciones y se embarca en las aguas de Texas, donde las restricciones a la pesca suelen ser más estrictas y hay cardúmenes de peces más abundantes.

Las autoridades acusan al cartel de empaquetar y etiquetar los huachinangos de manera fraudulenta como productos de México y exportarlos de vuelta a Estados Unidos, donde se paga en dólares y los márgenes de ganancia son mayores. El Cartel del Golfo también se ha involucrado en el comercio de especies de tiburón, algunas amenazadas, de acuerdo con Washington. “Esta actividad les hace ganar millones al año por cada embarcadero de lanchas y también provoca la muerte de otras especies marinas que son atrapadas accidentalmente”, denuncian.

A la cabeza de las personas sancionadas por el Tesoro están dos hermanos que fungen como jefes de plaza para el Cartel del Golfo: Ismael Guerra Salinas, alias Mayelo, y Omar Guerra Salinas, alias Samorano. “Además de supervisar la pesca ilegal, Mayelo y Samorano dirigen las operaciones de narcotráfico en Playa Bagdad”, señalan las autoridades. Mayelo también es identificado como un prolífico traficante de personas ocultas en lanchas para ser transportadas por el río Bravo, la frontera natural entre ambos países.

En la lista también aparece Francisco Javier Angulo El Borrado, el hombre del cartel a cargo de la ciudad fronteriza de Matamoros, así como dos dueños de embarcaderos ilegales: Raúl Decuir García La Burra e Ildefonso Carrillo Sapien, también conocido como El Chivo. Su inclusión en la “lista negra” les impide acceder a sus cuentas en el sistema bancario internacional y bloquea también propiedades, empresas y embarcaciones a su nombre.

La sombra del Cartel del Golfo en las pesquerías ilegales ha estado bajo la lupa durante más de una década. Ya desde 2007, las agencias de inteligencia estadounidense habían detectado que la organización había ampliado su abanico de fuentes de recursos e incursionado en la frontera marítima para capitalizar su dominio de esa zona de la frontera.

El negocio también ha crecido. En 2010 hubo solo nueve incautaciones, según datos oficiales. Mientras que entre 2020 y 2022, el número aumentó hasta las 321 lanchas interceptadas, de acuerdo con las últimas cifras actualizadas. “La pesca ilegal es una de las principales causas de la sobrepesca mundial y contribuye al colapso o reducción de pesquerías que son críticas para el crecimiento económico, los sistemas alimentarios y los ecosistemas de numerosos países en el mundo”, se advierte en el comunicado.

Las autoridades de Estados Unidos han otorgado a México una certificación negativa por no imponer medidas más estrictas para frenar las pesca ilegal de huachinango, lo que se ha traducido en restricciones a las exportaciones de pescados y el retiro de privilegios de puerto en ese país. También han expresado su frustración con sus contrapartes mexicanas, al asegurar que algunos pescadores han sido atrapados hasta en 40 ocasiones.

La Guardia Costera anunció apenas el lunes la detención de 19 pescadores mexicanos y la incautación de casi una tonelada de huachinangos cerca de la costa de Texas. A finales de septiembre hubo otros dos golpes, que se saldaron con el arresto de casi 30 pescadores de México de seis tripulaciones distintas y el decomiso de más de 900 kilos en las aguas limítrofes. En uno de los videos difundidos por los agentes, se aprecia la persecución por agua y por aire hasta que la embarcación es interceptada.

Apenas en agosto pasado, tres senadores republicanos, entre ellos Ted Cruz, presentaron una propuesta de ley para impulsar la identificación de pescado capturado en Estados Unidos y vendido como mexicano con la ayuda de tecnología y componentes químicos que identifiquen el origen geográfico real del producto. “El huachinango es una de las especies mejor manejadas y redituables del golfo de México, pero la pesca ilegal de las lanchas mexicanas pone a los pescadores estadounidenses y piscicultores que respetan la ley en una desventaja competitiva”, argumentan los autores de la enmienda. Esta vez, el último golpe contra la pesca ilegal ha ido directo al corazón financiero del Cartel del Golfo.

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