En el balance de sus primeros 100 días de gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó una lista de importantes logros en su administración, gracias a los cuales mantiene un alto nivel de aprobación. Sin embargo, es necesario señalar que una de las peores herencias que recibió de López Obrador es Petróleos Mexicanos.
La empresa inicia 2025 con desafíos sin precedentes en materia de exploración y producción. Los números oficiales muestran una tendencia descendente en los últimos meses de 2024, lo cual será difícil revertir al menos en la primera mitad de este año.
El objetivo de alcanzar una producción de 1.8 millones de barriles diarios, para evitar importaciones y lograr autosuficiencia en refinación, como lo planteó la mandataria, parece una meta que tomará hasta tres años, según especialistas y empresas del sector. Esto se debe a varios factores que agravan la caída.
Entre ellos, la declinación de los campos maduros, la reducción de reservas, la disminución en el número de pozos terminados y menos equipos de perforación en el Golfo de México.
A este complicado panorama, se suman dos elementos cuya responsabilidad recae en la administración de Pemex, encabezada por Víctor Rodríguez.
El primero: la falta de pago de la monumental deuda, que supera los 20 mil millones de dólares. Aunque existe la promesa presidencial de saldarla antes de que concluya el primer trimestre, esta situación ha asfixiado a empresas de todos los tamaños por la falta de liquidez.
El monto reconocido no incluye las deudas que no pudieron ser facturadas en octubre y noviembre. Pero la renuencia de Hacienda a liberar recursos tiene su origen en las tensiones personales entre Rogelio Ramírez de la O y Octavio Romero, anterior director de la paraestatal, a quien acusan de haber favorecido a ciertas compañías.
El segundo motivo es el retraso en la definición de nuevos modelos de exploración, en los que Pemex tendrá que recurrir a empresas privadas para lograr inversiones mixtas, como lo planteó la Presidenta.
Por eso, nadie entiende por qué, hasta ahora, Pemex Exploración, a cargo de Néstor Martínez, no ha concretado nuevos modelos con el sector privado. Si estos esquemas existen, no queda claro por qué siguen dejando pasar el tiempo, profundizando con esto la caída en la producción.
Los más optimistas, tanto en Pemex como en la Secretaría de Energía, de Luz Elena González, dicen que los planes comenzarán a ver la luz cuando se publiquen las leyes secundarias de la reforma energética.
Pero la gran pregunta que todos se hacen es: ¿a quién responsabilizan por la falta de decisiones durante los primeros 100 días de gobierno?
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Otro tema que ha generado serios dolores de cabeza en Pemex es la compra de la terminal de almacenamiento de hidrocarburos en Tuxpan, Veracruz. A pesar de las advertencias sobre riesgos estructurales y la clausura impuesta por la Comisión Reguladora de Energía, se realizaron cambios para continuar con su puesta en marcha.
Se presume que altos exfuncionarios, vinculados con áreas de almacenamiento, abasto y logística, están detrás de esta operación. Lo cierto es que el proceso de adquisición, aunque autorizado, pero aún no concretado, ha generado serios cuestionamientos. Por ello, en breve, Víctor Rodríguez, Luz Elena González o incluso la propia Presidenta, fijarán una postura al respecto.
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LORETTA ORTIZ, a punto de cumplir 70 años, tiene claro por qué busca repetir como ministra, en la elección Judicial: quiere ser Presidenta de la Corte, por su profundo amor por México. Y, después de eso, se retira.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Si Pemex fuera un coche, necesitaría más que un cambio de aceite; tal vez un exorcismo financiero”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO