Señor Ebrard, no haga feos

No. Ni le iban (van) a preguntar a usted, ni los estadounidenses se van a ceñir a lo que diga México. Es más, en una de esas nos madrugan al igual

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Señor Ebrard, no haga feos. Si ya sabíamos que Trump adelantaría las negociaciones del T-MEC, antes TLCAN, ¿para qué inventar que es a iniciativa de México?

No. Ni le iban (van) a preguntar a usted, ni los estadounidenses se van a ceñir a lo que diga México. Es más, en una de esas nos madrugan al igual que con la captura de capos del narcotráfico o con la revocación de visas, y mañana nos salen con que la renegociación del Tratado se hará cuando tengan diseñado el T-MEC en modo Trump.

Desafortunadamente, para mal y para peor, Estados Unidos lleva mano en esta situación y todos lo sabemos.

¿Qué podemos hacer? Evidentemente tampoco se trata de quedarnos sentados viendo el futbol, en específico al Real Madrid… Sí podemos y debemos ya entablar pláticas con nuestro otro socio… Me refiero a Canadá. Y con esa nación ver de qué manera podemos hacer que Estados Unidos acepte una versión del mecanismo comercial diseñada conjuntamente.

¿Se tienen muy establecidas y detectadas nuestras cartas de negociación? ¿nuestras fortalezas?, ¿el limón, el aguacate, qué parte de los procesos automotriz o de la electrónico? Y sí, dado que se viene una negociación donde vamos muy amarrados con los otros dos socios, ¿qué es lo que sí podemos sacar a favor de nuestras empresas? ¿O cómo hacer para que el anaranjado personaje entienda que las empresas que están establecidas en México también ayudan a su dicho de MAGA?

Ebrard y compañía siguen actuando como iguales con las autoridades estadounidenses; no entienden -o pretenden no entender- que Estados Unidos es muchísimo más importante y determinante. Lo mejor sería asumirlo y sacar el mejor partido desde la situación real que tenemos.

Es más, tenemos una gran debilidad que mucho critica Trump y dada esta situación es buen momento para ponerle freno. Con ello apoyar a las industrias nacionales y alegrar al copete naranja. Esto es, ¿qué podemos hacer con las importaciones chinas?, ¿qué es lo que podemos fabricar en México y qué es donde no queda de otra más que seguir importando? México es el país que mayor número de tratados comerciales tiene con el resto del mundo. Pues bien, es el momento de aprovecharlos.

En textiles y pantallas, por ejemplo, México puede apoyar y fortalecer a la industria nacional. En teléfonos, computadoras y circuitos integrados, mejor no incursionar.

En el caso de los automóviles chinos, no veo la forma de frenar su importación por parte del mercado nacional, si acaso exigiendo un porcentaje de insumos mexicanos.

Algo más, China puede verse también como una salida a ciertos productos mexicanos. Ya es uno de los principales importadores de carne de cerdo y podría serlo también de petróleo (en lugar de regalarlo a Cuba), con la ventaja de que China no lo pide refinado y tampoco lo quiere regalado (esto es, pagaría por él).

Hay una forma más de presionar a los Estados Unidos: el grupo étnico que votó en mayoría por Trump son los latinos, los hijos de mexicanos. Sería bueno, a través de ellos, ver que los productos “mercado de la nostalgia” sigan dentro de los parámetros más benéficos del T-MEC. Al final, todo suma y puede ayudar a nuestro país.

Esta semana hemos visto cómo Trump fue “comprado” por los Emiratos Árabes con un avión. Y si bien no sugiero hacer lo mismo (además el avión presidencial mexicano está en algún lugar en Asia), ojalá podamos hacer que Trump vea las ventajas de invertir con sus hoteles en nuestras costas y ciudades.

Ebrard ya sabe cómo juega Trump y qué opina el mandatario naranja de él. Ojalá por lo mismo, no haga más feos y vea cómo México no salga vapuleado y consigamos lo mejor para nuestro país.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

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