El Mercedes de Lewis Hamilton se hace una liposucción

La marca de la estrella se presenta en los últimos ensayos previos al Mundial de F1 con un coche con unos pontones mínimos

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Es prácticamente imposible que los equipos logren mantener en secreto las líneas de evolución de sus monoplazas durante el tiempo que duran los ensayos de pretemporada. Han pasado dos semanas desde los primeros tres días de entrenamientos que se llevaron a cabo en Montmeló, y los tres que desde este jueves y hasta el sábado cerrarán el invierno en Bahréin, donde el próximo día 20 arranca el Mundial más esperado en mucho tiempo, por la sacudida que se le ha dado al reglamento técnico, sobre todo al anexo relativo a la aerodinámica de los coches.

Hace unos días comenzó a circular el rumor de que el monoplaza que Mercedes iba a poner en pista en el circuito de Sakhir reduciría mucho la dimensión de los pontones laterales, esas protuberancias o apéndices situados a ambos lados del habitáculo, cuya función es redirigir el flujo de aire para generar la mayor eficiencia aerodinámica. Sin embargo, la nueva versión del W13 fue mucho más allá, al dejar esos componentes prácticamente en nada –no pueden desaparecer del todo al ser imprescindibles en los test de impacto, y por su función de refrigeración del motor–, en una de esas interpretaciones extremas que seguramente generarán debate a lo largo del curso.

La gran revolución de la normativa de este 2022 propicia que las escuderías traten de jugar al despiste más de lo habitual. Esta vez, el celo llega a extremos prácticamente paranoicos. “El Mercedes que rueda estos días en Bahréin presentará cambios importantes con vistas a la carrera, dentro de diez días”, afirma a El País una persona de la tropa del constructor de Stuttgart, que no puede dar más detalles acerca del aspecto definitivo que tendrá el prototipo de Lewis Hamilton y George Russell, porque no lo ha visto. “Dentro del propio equipo solo hay un grupo muy pequeño de personas que pueden verlo, para que no se caiga en la tentación de hablar más de la cuenta, y que eso llegue a algún rival”, añade esta voz cualificada, que prefiere mantener el anonimato.

Si hace dos años Mercedes se sacó de la chistera el sistema conocido como DAS (Dual Axis System), con el que los pilotos podían variar la convergencia de las gomas delanteras al tirar del volante, el diseño minimalista de su coche de este año parece otra genialidad en cuanto a la aerodinámica, siempre que la tropa de Milton Keynes (Gran Bretaña) encuentre la forma de refrigerar la unidad de potencia. Para ello, los pontones incorporan una serie de orificios de ventilación que el próximo ejercicio vuelven a ser legales.

“La verdad es que no nos imaginamos esa posibilidad cuando diseñamos el reglamento de 2022. Este concepto que ha desarrollado Mercedes supone una interpretación muy extrema de las normas”, convino Ross Brawn, director técnico del campeonato, en una entrevista a la señal oficial de televisión del certamen. “No tengo ninguna duda de que esta interpretación generará debate. Siempre intentamos reducir al máximo las zonas grises, pero la F1 es innovación extrema”, añadía esta eminencia en ingeniería, clave en los éxitos de Michael Schumacher, tanto en Benetton (1994 y 1995) como en Ferrari (2000-2004), y que fundó su propia estructura –en 2008 adquirió Honda por una libra–, con la que fue campeón con Jenson Button (2009). Se da la circunstancia de que Brawn le vendió la compañía a Mercedes un año más tarde (2010), en el regreso de las Flechas de Plata a la F1.

El ‘No a la Guerra’ de Vettel

No es el piloto más popular, por más que en su día fuera el abanderado de un gigante de la mercadotecnia como Red Bull, con el que ganó cuatro títulos consecutivos, pero nadie duda de la integridad de Sebastian Vettel. El alemán pasa por ser uno de los integrantes más comprometidos de la parrilla. Y eso que ni siquiera tiene perfil en las dos principales plataformas de redes sociales actuales (Instagram y Twitter). Nada más comenzar la invasión de Ucrania por parte de Rusia, el corredor de Aston Martin fue el primero en declarar que no pensaba ir a correr a Rusia, en caso de celebrarse ese gran premio, programado para el 25 de septiembre, en Sochi.

En estas últimas pruebas, en Bahréin, Vettel luce un casco decorado con la bandera de Ucrania y la letra de Imagine, de John Lennon, en la zona parietal –vista cenital–. Además, en el lateral izquierdo se lee un mensaje de ‘No a la Guerra’, mientras que en el derecho hay dibujada la silueta de la paloma de la paz. El miércoles, todos los pilotos menos Lewis Hamilton se hicieron una foto con camisetas a favor de la paz. El británico pidió disculpas después por su ausencia, que atribuyó al retraso del avión que le llevó a Bahréin.

Fuente: elpaís

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