Kevin Spacey, el muñeco roto del MeToo gay

La estrella de 'House of cards' ha resistido en tribunales las acusaciones de agresión sexual, pero le han dejado casi en bancarrota. Algunos compañeros exigen que Hollywood le vuelva a abrir las puertas

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«Cuanto menos sepas de mí, más fácil será convencerte de que soy ese personaje en la pantalla». Así explicaba Kevin Spacey en una entrevista de 1998 a ‘London Evening Standard’ por qué era tan celoso de su vida privada, por qué se sabía tan poco de él. Un cuarto de siglo después, tras haberlo sido todo en Hollywood, su situación es la contraria: no tiene personajes que defender en la pantalla y sus interioridades se han ventilado a la luz pública, en la prensa y en los juzgados.

Spacey se quebró esta semana en una entrevista con Piers Morgan. Expulsado de Hollywood desde 2017 por acusaciones de agresión sexual de decenas de hombres, enzarzado en batallas judiciales millonarias, sin un papel importante en siete años, se le cayeron las lágrimas cuando el periodista británico le preguntó dónde vive.

«Tiene su gracia que me preguntes eso. Porque esta semana mi casa en Baltimore, donde vivo, va a salir a subasta. Así que la respuesta es que no estoy del todo seguro de dónde voy a vivir ahora», contestó el actor. Spacey agregó que «un par de veces he estado a punto de declararme en bancarrota, pero he conseguido evitarlo, al menos hasta hoy» y que debe «muchos millones» por «facturas legales que no he sido capaz de pagar».

Muchos verán en la emoción de Spacey, de 64 años, la teatralidad de un actor mayúsculo. Pero la confesión de sus problemas financieros es un nuevo punto bajo para alguien que estuvo en la cumbre de Hollywood: fue actor de prestigio -Oscar por ‘Sospechosos habituales’ y ‘American Beauty’, director artístico del Old Vic de Londres- antes de estrella de masas con ‘House of cards’.

Esa serie fue un trampolín para Netflix y dejó para la historia un personaje inolvidable de Spacey, el de Frank Underwood, la personificación de la amoralidad en política. En la sexta y última temporada, Underwood no aparece porque ha muerto. Murió en realidad un año antes, cuando a Spacey le asaltaron los escándalos sexuales.

Esta situación llevó a Spacey a contraer una deuda millonaria con los responsables de la producción. El Tribunal Superior de Los Ángeles ordenó al actor pagar 31 millones de dólares a la productora de la serie, MRC, como indemnización por la ruptura del contrato y los daños ocasionados durante el rodaje. Finalmente, Spacey llegó a un acuerdo con la productora para pagar un millón de dólares en cuotas equivalentes al 10% de sus ingresos después de impuestos. Además, el actor cooperará con MRC para recuperar los millones perdidos tras su salida de la serie mediante una demanda a su compañía de seguros.

A principios de 2022, MRC demandó a las aseguradoras Fireman’s Fund y Lloyd’s of London, argumentando que la serie estaría cubierta en caso de la salida de Kevin Spacey bajo circunstancias extraordinarias, como una enfermedad. Tras hacerse públicas las denuncias contra el actor, este se internó en un centro de rehabilitación para tratar su adicción al sexo, un trastorno que, según el estudio, debería ser cubierto por las aseguradoras.

‘Spacey desenmascarado’

A finales de octubre de 2017, pocas semanas después de que se iniciara el movimiento MeToo con la cascada de acusaciones contra el superproductor Harvey Weinstein, el actor Anthony Rapp lanzó acusaciones contra Spacey. Alegó que, en 1986, cuando él tenía 14 años, el protagonista de ‘House of cards’, entonces de 26 años, le agredió sexualmente en una fiesta en Nueva York. La estrella negó la agresión pero pidió disculpas «por lo que pudo ser un comportamiento de borracho profundamente inapropiado». Al mismo tiempo, aprovechó para confirmar lo que era un secreto a voces en Hollywood: «Esta situación me ha animado a enfrentar otras cosas sobre mi vida. He elegido vivir como un hombre gay».

La de Rapp fue la primera de muchas acusaciones contra Spacey, que protagonizó la versión gay de MeToo. Decenas de hombres, muchos de ellos actores principiantes o asistentes en ‘House of cards’ o en el teatro Old Vic, aseguraron que sufrieron agresiones o abusos sexuales por parte del actor.

Sin que hablaran los tribunales, Spacey pasó de ídolo a paria. Netflix no solo le sacó de ‘House of cards’. También metió en un cajón su ‘biopic’ de Gore Vidal. Sony decidió que su papel protagonista en ‘Todo el dinero del mundo’, con la película ya acabada, volviera a ser filmado con un nuevo actor. Su carrera se extinguió de la noche a la mañana. Solo en los últimos años ha filmado papeles en producciones intrascendentes.

Por el momento, cuando los tribunales han hablado, le han dado la razón a Spacey. Rapp le llevó a un juicio civil que terminó en 2022 y en el que un jurado decidió que Spacey no había abusado de él y que no debía indemnizarle. El año pasado, en Londres, enfrentó un juicio criminal en el que cuatro hombres le acusaban de agresiones sexuales sufridas entre 2001 y 2013. «No sabía si iba a sobrevivir», dijo, si no hubiera ido a rehabilitación y recibido el apoyo de sus viejos amigos Evan Lowenstein y Elton John, quienes testificaron en el juicio, la situación habría sido muy difernete. Un jurado le declaró inocente de los nueve cargos que enfrentaba. Tiene pendiente una demanda más en Reino Unido por parte de un hombre que dice que le agredió sexualmente en 2008.

Spacey ha reconocido que no siempre ha tenido una conducta apropiada en su vida privada, aunque niega que hayan constituido delitos. En su entrevista con Morgan, admitió que tenía «la mano larga», que «forzaba los límites», que «tocaba a la gente sexualmente de una manera que no sabía en ese momento que ellos no querían». Pero que, en su visión, no ocurrió sin consentimiento.

Esas victorias en tribunales -uno de los golpes recientes que se ha llevado MeToo, como la reciente revocación de la sentencia en Nueva York de Weinstein- no han acabado con las embestidas a Spacey. Esta primavera, una decena de hombres han vuelto a ventilar nuevas acusaciones de agresiones sexuales contra él, recogidas en el documental ‘Spacey desenmascarado’, que emite HBO Max. «Sentía que estaba delante de un monstruo sin alma», dice uno de los acusadores.

El actor criticó que el documental no le dio espacio suficiente para responder a las alegaciones. «Cada vez que me han dado tiempo y el lugar adecuado para defenderme, las acusaciones se han caído y he sido exonerado», dijo en un mensaje en X.

Apoyo de la profesión

Al contrario que en 2017, ahora Spacey no se ha quedado solo. Varios compañeros de las tablas salieron al paso del documental. Sharon Stone fue una de las estrellas que ofrecieron su apoyo a Spacey en declaraciones al británico ‘The Telegraph’. «Me muero por volver a ver a Kevin trabajar, es un genio», dijo sobre Spacey y consideró que lo que hacen los acusadores es «horrible».

«Me ha entristecido profundamente enterarme de esas acusaciones contra él. Kevin es un buen hombre», reaccionó Liam Neeson. «Nuestra industria le necesita y le echa mucho de menos». «Estoy totalmente con él», dijo el también actor F. Murray Abraham, ganador de un Oscar por el papel de Salieri en ‘Amadeus’. «¿Quiénes son esos buitres que atacan a un hombre que ha aceptado públicamente su responsabilidad por algunos de sus comportamientos, al contrario que muchos otros?», criticó.

Es difícil pensar que, ante el clima de corrección que vive Hollywood, el espaldarazo de un puñado de actores veteranos cambie la situación de Spacey. El papel principal que le sigue tocando es el de defenderse en tribunales y ante la opinión pública.

Fuente: ABC

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