Entender cómo se desarrolla un cáncer desde sus primeros estados y determinar qué células dan lugar a los diferentes elementos que intervienen en el desarrollo de un cáncer puede mejorar nuestra comprensión de cómo ha crecido y se ha desarrollado un tumor, incluyendo cómo ha cambiado genéticamente, a lo largo del tiempo.
Ahora, investigadores británicos, gracias a una nueva técnica llamada transcriptómica espacial, han podido ver qué cambios genéticos se producen sin romper el tejido que están observando. Esto añade una nueva dimensión que los investigadores han utilizado ahora para revelar qué células han mutado y dónde dentro del ecosistema de un órgano.
Las técnicas actuales para estudiar la genética de las células de los tumores consisten en tomar una muestra de la zona cancerosa y analizar el ADN de esas células. El problema es que muchos cánceres, como el de próstata, son tridimensionales, lo que significa que una única muestra sólo daría una pequeña instantánea del tumor.
Muchos cánceres son tridimensionales, lo que significa que una única muestra sólo daría una pequeña instantánea del tumor
En este nuevo estudio publicado en «Nature», los investigadores utilizaron la transcriptómica espacial para crear un mapa transversal de toda la próstata, incluyendo áreas de células sanas y cancerosas. Al agrupar las células según una identidad genética similar, se sorprendieron al ver zonas de tejido supuestamente sano que ya tenían muchas de las características genéticas del cáncer. Este hallazgo fue sorprendente tanto por la variabilidad genética dentro del tejido como por el gran número de células que se considerarían sanas, pero que contenían mutaciones normalmente identificadas con las células cancerosas.
Alastair Lamb, del Departamento de Ciencias Quirúrgicas Nuffield de Oxford, que dirigió conjuntamente el estudio, explica que «el tejido de la próstata es tridimensional y, al igual que la mayoría de los órganos que pueden desarrollar cáncer, aún nos queda mucho por aprender sobre qué cambios celulares causan el cáncer y dónde empieza. Una cosa de la que estamos bastante seguros es que comienza con mutaciones genéticas».
«Nunca antes habíamos dispuesto de este nivel de resolución, y este nuevo enfoque reveló algunos resultados sorprendentes. Por ejemplo, hemos descubierto que muchos de los eventos de número de copias que antes creíamos vinculados específicamente al cáncer ya están presentes en el tejido benigno. Esto tiene grandes implicaciones para el diagnóstico y también, potencialmente, para decidir qué partes de un cáncer deben tratarse», añade.
Para Joakim Lundeberg, del Real Instituto de Tecnología (KTH), «el mapeo de miles de regiones de tejido en un solo experimento es un enfoque sin precedentes para restaurar la señales de la heterogeneidad de los tumores y su microambiente. Esta visión de alta resolución influye en nuestra forma de abordar ecosistemas complejos como el cáncer. La posibilidad de identificar eventos tempranos es particularmente emocionante de cara al futuro».
Además, los investigadores analizaron más de 150.000 regiones en tres cánceres de próstata, dos cánceres de mama, algo de piel, un ganglio linfático y algo de tejido cerebral, y desarrollaron un algoritmo para rastrear grupos de células con cambios genéticos similares -clones- en su ubicación precisa.
Este método les permitió hacer un zoom desde el tejido visible a través de estructuras multicelulares microscópicas y hasta los propios genes, sin perder de vista el paisaje general del tejido.
Fuente: ABC