¿Qué es el piso pélvico y por qué es importante conocerlo?

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Muchas personas, especialmente las mujeres, viven con síntomas que podrían mejorar o desaparecer con un tratamiento adecuado, pero que no se suelen reconocer como parte de una disfunción.

Al hablar de la salud muscular, solemos enfocarnos en áreas visibles como los brazos, piernas o espalda. Sin embargo, todas las personas contamos con una estructura clave que con frecuencia está olvidada y que juega un papel fundamental en funciones vitales o para presentar un buen rendimiento deportivo, esta zona es el piso pélvico, comenta la Dra. Fátima González Jáuregui Díaz, coloproctóloga del Centro Médico ABC.

Muchas personas, especialmente las mujeres, viven con síntomas que podrían mejorar o desaparecer con un tratamiento adecuado, pero que no se suelen reconocer como parte de una disfunción.

La importancia del piso pélvico en el día a día

El piso pélvico es una estructura conformada por un grupo de músculos y tejidos que se ubican en la base de la pelvis, justo en la parte baja del abdomen. Como principal función sirve como una especie de red o hamaca que ayuda a sostener los órganos pélvicos, estos incluyen la vejiga y el recto, así como el útero en las mujeres. Por otra parte, estos músculos también participan de manera activa en funciones básicas como orinar, evacuar, la respuesta sexual y el soporte postural.

Por lo general, la gente sólo llega a pensar en el piso pélvico cuando se abordan problemas de incontinencia, pero la realidad es que esta región se involucra con muchas funciones vitales. Por lo tanto, su debilitamiento o mal funcionamiento puede derivar en múltiples síntomas que van desde escapes de orina, dolor al momento de tener relaciones sexuales o hasta una sensación de presión en la zona baja del abdomen.

La disfunción del piso pélvico es una condición que con frecuencia y con el paso del tiempo aparece de forma natural en las mujeres; parte de esto se debe a que los estrógenos, las hormonas que ayudan a mantener el tono muscular, van disminuyendo con la edad.

En las mujeres, esta pérdida hormonal, sumada a otras situaciones que se presentan a lo largo de la vida como los embarazos, partos o hasta algunos hábitos cotidianos pueden comprometer la estabilidad de esta estructura.

Aunque la disfunción del piso pélvico no es un problema exclusivo del envejecimiento. En deportistas, sobre todo aquellos que practican disciplinas de alto impacto, las disfunciones pueden aparecer en edades tempranas, señala la Dra. Fátima González Jáuregui Díaz. Las y los atletas de élite, especialmente de deportes como correr, saltar o levantar pesas tienen más riesgo. No precisamente por la práctica del deporte, sino por la presión repetitiva que se genera sobre el piso pélvico.

Algo importante a tener en cuenta es la diferencia entre la disfunción del piso pélvico, que se desarrolla con frecuencia, y una lesión en el piso pélvico. El término lesión hace referencia al daño físico como un desgarro; mientras que el término disfunción indica un cambio, esto quiere decir, que los músculos no trabajan de forma adecuada ya sea por estar debilitados o demasiado contracturados, pero ambos motivos dificultan su función y se requiere atención especializada.

El impacto del ejercicio sobre el piso pélvico

Aunque el deporte es algo clave para una vida saludable, la realidad es que también puede desencadenar efectos adversos, en caso de no realizarse con la técnica adecuada y el piso pélvico no es la excepción al hablar del impacto positivo negativo del ejercicio.

Realizar ejercicios con impacto repetitivo como correr o saltar tiende a generar presión constante en esta zona; lo mismo sucede con entrenamientos que involucran levantamiento de pesas, ya que al hacer fuerza en el abdomen se incrementa la presión intraabdominal, esto empuja hacia abajo los órganos internos. Si esta presión no se distribuye bien o si el peso pélvico está débil, los órganos pueden descender y provocar molestias o llegar incluso al prolapso de los órganos pélvicos.

Así, tanto un mal entrenamiento, como una técnica incorrecta al cargar peso, pueden derivar en lesiones musculares. Algo importante por señalar en la disfunción del piso pélvico es que muchas personas no identifican los síntomas iniciales que incluyen:

  • Incontinencia urinaria al reír, toser o hacer ejercicio.
  • Incontinencia a gases.
  • Dolor pélvico.
  • Sensación de bulto en la vagina.
  • Dificultad para evacuar.
  • Incontinencia fecal (esto es raro que se presente, pero puede suceder en quienes practican deportes de fuerza).

Todos estos son signos de que algo no está funcionando bien, advierte la Dra. González.

Más allá del deporte, existen otros factores cotidianos que pueden desencadenar disfunciones como el levantar objetos pesados con una mala técnica, por ejemplo, cargar un garrafón de agua de manera incorrecta. Y si a esto se suman factores como el estreñimiento crónico, la obesidad o la falta de actividad física, el riesgo aumenta.

La prevención es un factor crucial y al ser mujer lo más recomendable es que busquen atención especializada en caso de hacer ejercicio con frecuencia entre los 20 y 30 años; no hay que tener síntomas para buscar la consulta. Una revisión a tiempo puede ayudar a prevenir futuros problemas y optimizar el desempeño físico.

No te acostumbres a vivir con disfunción del piso pélvico

Uno de los aspectos positivos del abordaje del piso pélvico es que el diagnóstico suele ser sencillo. De manera general, el médico únicamente requiere de una entrevista clínica y la exploración física. Aunque es posible que en algunos casos se requiera de estudios complementarios como la manometría anorrectal, el ultrasonido del piso pélvico o la resonancia magnética que ayudarán a observar cómo trabajan los músculos al realizar ciertas funciones.

Una vez que se ha llegado a un diagnóstico confirmatorio, el tratamiento se establece según la causa del problema. En la mayoría de los casos, el primer paso son los ejercicios de Kegel, que consisten en contraer y relajar los músculos del piso pélvico de manera controlada. Aunque esto puede parecer simple, es fácil no realizarlo de manera correcta, por lo cual es importante que el médico revise su adecuada realización.

Otros tratamientos no invasivos incluyen la electroestimulación, es decir, se aplican impulsos eléctricos suaves para activar los músculos pélvicos o la fisioterapia especializada, que puede incluir trabajo manualbiofeedback o entrenamiento postural.

En caso de que se haya desarrollado un prolapso de órgano pélvico (descenso de vejiga, útero, recto o vagina) puede requerir de cirugía. Aquí el tratamiento consiste en reposicionar y levantar los órganos caídos con el objetivo de devolver la estructura a su lugar.

Aunque no es una situación de riesgo para la persona, ignorar una disfunción del piso pélvico puede llevar a una cronificación de los síntomas, que a su vez, impacta de manera directa en la calidad de vida, esto quiere decir mayor presencia de escapes involuntarios, molestias persistentes, mayor afectación de la vida sexual y restricciones en la actividad física.

Por otra parte, la disfunción del piso pélvico sin prolapso suele tener reincidencia si se deja de fortalecer esta estructura; al igual que cualquier otro grupo muscular, requiere de trabajo constante.

Para finalizar, la Dra. González indica que al hablar del piso pélvico se está hablando de salud integral. Es una estructura que influye en múltiples funciones cotidianas y al verse comprometida puede afectar en gran medida la calidad de vida de la persona.

Pero también es una zona que se puede evaluar, fortalecer y tratar; no porque ya se cuente con esta disfunción se debe dejar de hacer ejercicio o cambiar el estilo de vida. La clave está en la prevención, el tratamiento oportuno y el acompañamiento médico ya sea con ginecólogo, uroginecólogo, coloproctólogo o urólogo, en función al tipo de paciente y los síntomas que esté desarrollando.

En el Centro de la Mujer del Centro Médico ABC contamos con especialistas altamente calificados para atender a pacientes de piso pélvico.

Fuente: Heraldo de México

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