Uno de cada tres jóvenes madrileños no habla con nadie de su comportamiento en internet. Así lo apunta el informe «Riesgos en los usos juveniles de las TIC: estudio de caso de la ciudad de Madrid», elaborado por Fad Juventud y el Ayuntamiento de Madrid. Además, este análisis asegura que el 85% de jóvenes entre 15 y 29 chatea diariamente a través de aplicaciones de mensajería instantánea, sumergiéndose en un mundo digital que es parte integral de su vida cotidiana. Sin embargo, y pese al lugar central que ocupan las TRICO (Tecnologías de la relación, la Información y Comunicación y el Ocio) en la vida de la juventud, un 32% admite que no discute sus hábitos en Internet con nadie.
«Los jóvenes son conscientes de los riesgos y problemas en sus usos e interacciones digitales -señaló Beatriz Martín Padura, directora General de Fundación Fad Juventud-. Mencionan, por ejemplo, usos muy intensivos que saturan y llegan a obstaculizar la realización de tareas cotidianas y básicas como dormir o estudiar, y muchos reconocen de manera más o menos abierta depender en exceso de las redes sociales. Acompañarles y tratar de mejorar esas experiencias es clave».
Martín Padura puntualizó a ABC que los jóvenes no hablan de su comportamiento en internet con casi nadie, «no porque piensen que están haciendo algo malo, sino porque prefieren comentarlo sólo con sus amigos al considerar que tienen más conocimiento del tema. Acudir a padres y docentes lo perciben más complicado porque les ven como más alarmistas y proteccionistas y saben que tienen menos información de la que ellos precisan. Esto debería cambiar porque cuando se enfrentan a riesgos sienten que no tienen las herramientas suficientes. Sería positivo que pudieran contar con mediadores digitales, en vez de acudir sólo a sus pares».
Este análisis, presentado hoy en el marco de la jornada ‘Jóvenes y Bienestar: claves preventivas desde el análisis y la acción’, celebrada en el Centro de Cultura Contemporánea, deja muy claro que la percepción de la juventud madrileña sobre los riesgos asociados al uso de la tecnología es variada y significativa.
En cuanto a los contenidos que visualizan, el estudio destaca una alta frecuencia de circulación de mensajes de odio, coerción sexual (envío sin consentimiento de fotos o imágenes comprometidas de carácter erótico o sexual), grooming (acoso de adultos a menores) o el ciberacoso. Un 18% de los encuestados declara haber sufrido alguna de estas situaciones con frecuencia y expresan un significativo temor a padecerlas con la difusión de imágenes propias comprometidas, el acoso sexual o el ser objeto de estafas o timos.
Además de los riesgos de desinformación y contenidos dañinos, la juventud madrileña se enfrenta desafíos personales y relacionales debido al uso excesivo de las TRICO. Reconocen la dependencia que la tecnología genera, aunque solo una parte minoritaria de los jóvenes manifiestan sentimientos de saturación por el uso excesivo de las mismas. Para Beatriz Marín Padura, que sientan cierta saturación «es un buen punto de partida porque esto indica que tienen una mayor concienciación de que, efectivamente, el uso abusivo afecta a la salud mental. Son temas que se comentan entre ellos, se advierten y, de este modo, adquieren cierta concienciación para controlar el uso de estos dispositivos. Hay que empezar a trabajar en Ciudadanía Digital en fomentar más hábitos saludables, no solo en referencia a la cantidad de horas, sino sobre para qué se usan y el efecto que producen los contenidos que visualizan».
Paralelamente, la mayoría de los encuestados es consciente de la desinformación, siendo un problema ampliamente reconocido. Más de la mitad (50.7%) encuentra con frecuencia contenido que sospechan que es falso, y un 42% intenta verificar esa información. Sin embargo, la lucha contra la desinformación sigue siendo un desafío debido a su omnipresencia en las plataformas digitales.
A pesar de estos desafíos que plantean, Internet y las redes sociales son percibidas principalmente como fuentes de alegría (33.2%) y diversión (46%). Particularmente, plataformas como Instagram y TikTok destacan no solo por proporcionar diversión, sino también por ser espacios vitales para la autoexpresión y la construcción de identidades personales.
Esta tendencia se observa a lo largo de todas las edades, aunque los usos pueden diversificarse con el tiempo. A medida que los jóvenes crecen, su interacción con las tecnologías se enriquece, ampliando el espectro hacia el consumo de noticias y la búsqueda de información más compleja, lo que refleja un enfoque cada vez más maduro y diversificado del mundo digital.
A pesar de la existencia de un uso intensivo y generalizado de las TRICO, el estudio identifica la existencia de una cierta «brecha digital». La autopercepción de habilidad o destreza con aspectos relacionados con su manejo varía significativamente en función del género y del acceso a recursos.
Con todos los datos en la mano, «nuestra propuesta -aseguró directora General de Fundación Fad Juventud- pasa por mantener un diálogo sosegado no polarizado y basado en evidencia científica, no sólo sobre su efecto en la salud mental, sino también desde el punto de vista social. Considero que es muy importante la participación de niños y jóvenes en este debate porque su punto de vista es fundamental para no pisar parte de sus derechos o los beneficios que ellos perciben. Además, esto debe ser tarea de todos».
Matizó la directora general de Fad Juventud que debe haber responsabilidades compartidas «y que la legislación consiga que se apliquen las leyes de protección al menor en el entorno digital y que, además, haya nueva legislación y, además, de manera rápida porque la tecnología avanza a gran velocidad, como ya está dejando patente el desarrollo de la IA. En esta corresponsabilidad es importante -destacó- que se forme también a los creadores de contenido digital para que entiendan cuál es su responsabilidad porque ellos tienen gran influencia. Y, por su puesto, a los mediadores de la prevención, que son las familias y docentes que deben contar con herramientas para hacer este trabajo más fácil porque los cambios generan mucha ansiedad. Debemos apoyarles en esa labor».
Fuente: ABC