Los constantes fenómenos naturales y los efectos de la pandemia han afectado gravemente el cultivo de chile habanero en la zona sur de Quintana Roo, donde las familias prefieren ahora otras alternativas de trabajo para ganar el sustento diario.
Para Ezequiel Solís Castillo, representante de los pueblos de la zona limítrofe, este cultivo prácticamente ha desaparecido en las más de 30 localidades asentadas principalmente en los límites con Campeche, con apenas 60 hectáreas.
Los campesinos se han desanimado de continuar con esta actividad y han buscado otras alternativas como el cultivo de cítricos, principalmente el limón.
“Antes éramos los mayores sembradores de esta zona, cosechando hasta el 20% de la producción a nivel estado. Ahora todo lo que surte el mercado local viene de Yucatán”, comentó.
El también productor de chile habanero reveló que la pandemia fue el primer golpe que los afectó grandemente, pues hubo pérdidas de todo tipo no sólo de este producto sino también de tomates, calabazas, sandías, frijol y otros cultivos que se comercializaban en el mismo estado de Quintana Roo, tras cerrarse los mercados.
El siguiente golpe fueron las inundaciones que causaron los fenómenos naturales en el mismo año que estaba la pandemia, pues la mayoría de los cultivos quedaron prácticamente bajo el agua.
Ante la incertidumbre, ahora temen arriesgarse de nuevo y perder su cosecha, por lo que la gran mayoría de las unidades de producción actualmente lucen en el abandono, pues las personas de las comunidades han buscado trabajo en ranchos aledaños o han viajado hasta el vecino estado de Campeche, y otros han buscado un empleo en la construcción de las vías del Tren Maya.
Según el Servicio de Información Agropecuaria y Pesquera (SIAP), hasta mayo de 2021 se habían sembrado únicamente 66 hectáreas de picante. En la misma fecha de 2020 se cultivaron 94 hectáreas, mientras que en años anteriores los números rebasaban miles.
Fuente: SIPSE
