Ciudad de México. La inmigración se está convirtiendo en la variable central de la geopolítica.
Es evidente que siempre ha existido, pero si situamos el fenómeno en el siglo que corre, es el año 2011 cuando la guerra civil en Siria catapulta el proceso de la inmigración.
En menos de 10 años la mitad de la población siria ya no vive en sus casas que habitaba antes de que iniciara la guerra. De los 22 millones de habitantes, más de medio millón han muerto y la mitad ha sido desplazada o ha tomado la decisión de abandonar el país.
Es un infierno similar lo que viven cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos. En la antesala: ecuatorianos, hondureños, mexicanos y argentinos. La línea fronteriza de las crisis de inseguridad y económicas no es tan clara como sí lo son las demarcaciones fronterizas.
Estados Unidos sigue seduciendo pese a sus problemas crónicos al que se le ha sumado el mal estado que vive su democracia; Trump como ejemplo.
Los números lo confirman. Son 6 millones de cruces fronterizos de inmigrantes sin papeles en los tres años del gobierno del presidente Biden. Solo el pasado mes de diciembre, lo hicieron 249,785. Una cifra inédita.
Quien desde su fuero interno aplaude lo que ocurre es Donald Trump.
El pasado viernes el presidente Biden sorprendió al ofrecerles a los republicanos del Senado y de la Cámara de Representantes, cerrar la frontera.
Para Andrés Rozental, quien se desempeñó como embajador de México en Reino Unido y Suecia, y como Representante Permanente ante las Naciones Unidas en Ginebra, la oferta de Biden revela cierta “desesperación por lograr la aprobación del Congreso de la ayuda de Ucrania e Israel, bloqueada por demócratas y republicanos, así como también por gobernadores fronterizos”.
Para cerrar la frontera, Biden ha decidido fijar en 5,000 por día y durante cinco días, la cifra de inmigrantes que la crucen.
José María Ramos, profesor e investigador en El Colegio de la Frontera Norte, matiza sobre lo dicho por Biden: “Más que un cierre, sería un mayor control migratorio. No es posible el cierre por el número de residentes fronterizos o personas con permisos que van y vienen todos los días; más bien se trataría del cierre de solicitudes (de asilo), mayor control, o fortalecer el control de inmigrantes que intentan cruzar de manera regular”.
“Posibles chantajes”
Para Rozental, la oferta de Biden “es una mala noticia para nosotros porque abre la puerta a posibles chantajes en el futuro, cuando el gobierno federal está presionado por temas político electorales”.
Ayer, el presidente López Obrador calificó la oferta de Biden a los legisladores de su país como “demagógica”.
Rozental comenta que la decisión de Biden “representa una bofetada al gobierno de AMLO, quien se jactaba de su “magnífica” relación con México y del “respeto” que Biden supuestamente tenía por nuestro país y la 4T”.
Sobre la política migratoria mexicana, José María Ramos señala que “AMLO no ha sido enfático en controlar la migración; él habla de las causas y para eso se propusieron dos planes de desarrollo que no han tenido recursos convenientes”.
Fuente: eleconomista
