San Marcos, “pueblo fantasma”

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JOSE MARIA MORELOS.- Lo que un día fue San Marcos, un pueblo próspero y en pleno crecimiento, hoy solamente es una inmensa milpa y la única evidencia de que un día fue habitado son los espacios públicos con los que contaba, y que aún son visibles entre la vegetación.

El 23 de septiembre del 2002, muy por la mañana, los habitantes de esa localidad despertaron un poco inquietos, pues escuchaban cómo una cascada de agua empezaba a llegar al poblado.

Eran aguas de las sabanas que rodeaban la comunidad que se habían desbordado y habían encontrado un camino natural para su desfogue hacia el poblado.

A las 9 de la mañana, cuando Protección Civil llegó a la comunidad, el agua ya empezaba a recalar en el centro del poblado, y la gente ya empezaba a mostrar preocupación, pero no tanto como para salir de sus casas.

Pero, a eso de las 12 del día, ya el centro del poblado se había llenado y empezaba a subir el agua. Entonces ya los vecinos del lugar entendieron que estaban en riesgo y, por consiguiente, empezaron a salir de sus casas y a buscar cómo rescatar sus pertenencias.

Cuando dio la una de la tarde, el agua, literalmente ya había subido más de un metro de nivel y todo mundo estaba atrapado en su domicilio y empezaba ya la zozobra.

Las mujeres buscaron poner a salvo sus cochinos y sus gallinas, y dejaron sus cosas, porque ya estaban totalmente mojados. A las tres de la tarde de ese día, según recordó un vecino del lugar de nombre Laureano, el pueblo había desaparecido y lo único que se veía era una inmensa laguna.

Ese día, pero ya entrada la tarde, los vecinos de ese lugar abandonaron el pueblo y bajaron a pedir posada con sus familiares radicados en la localidad de La Presumida y de Dziuché.

San Marcos se mantuvo bajo el agua casi tres meses y durante ese tiempo el gobierno estatal ofreció apoyarlos para crear un nuevo centro de población para las 42 familias.

En el 2003 se levantó la comunidad San Marcos Nuevo, ubicada a la orilla de la carretera federal 184. Entre la alcaldía de Dziuché y La Presumida

Ahora, lo que era San Marcos, ubicado a tres kilómetros de la vía federal, los ejidatarios del lugar volvieron al lugar después de algunos años, pero para hacer milpa, para convertir el pueblo abandonado en campo de cultivo.

Don Antonio Alvarado, uno de los ejidatarios del lugar que siembra maíz, calabaza y camote en el área que fue el centro del poblado, al lado de la cancha de basquetbol. También tiene milpa cerca de lo que fue el tanque de agua potable. Otros campesinos del lugar trabajan sus cultivos en el área donde estaba el cárcamo de agua potable y también donde se encontraba la iglesia del poblado.

Ahora el espacio que ocupaba la escuela, principalmente la parte posterior al edificio, está también habilitado como zona de milpa.

Durante un recorrido que se hizo ayer en ese lugar, no se encontró a nadie, salvo un perro que andaba perdido ahí entre el milperío.

San Marcos, el pueblo que durante 70 años fue habitado por familias provenientes de Yucatán, hoy es una zona de sembradío, una milpa inmensa.

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