Un llamado para ayudar a los adultos mayores, prostitutas y niños en cárceles en México

La crisis del coronavirus afecta también a los refugios a mujeres víctimas de violencia y otros grupos Organizaciones llaman a los vecinos a ayudar con donaciones

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La contingencia sanitaria por la expansión del coronavirus Covid-19 no ha llegado a su fin. Sobre todo para los grupos de personas que son vulnerables a un contagio. Adultos mayores, personas en situación de calle, prostitutas, mujeres que son víctimas de violencia y niños en prisiones están en el foco de la expansión del virus y actualmente no reciben ayuda.

Ante la contingencia fase 2 decretada esta semana por la Organización Mundial de la Salud en México, estos grupos piden ayuda a los vecinos y personas cercanas, ya que no cuentan con insumos suficientes para brindar atención. Aunque existen varias iniciativas para enviar asistencia, como #MiBarrioMeRespalda, estos grupos no han recibido ayuda ante la contingencia sanitaria. En Verne hemos contactado con asociaciones e instituciones sin fines de lucro que ayudan a estos grupos para conocer sus necesidades.

Adultos mayores

Las personas mayores de 60 años tienen un mayor riesgo de mortalidad por el Covid-19, pero no solo eso: son las personas más aisladas. “Ellos son el grupo más vulnerable y tenemos que tener mucho cuidado con su día a día y tenerlos lo más aislados que sea posible”, dice a Verne Martha Teresa Benítez, directora de la fundación De Mano Amiga a Mano Anciana, una institución que atiende a unos cincuenta adultos mayores al sur de Ciudad de México. “Para atender a los adultos necesitamos guantes, cubrebocas y gel antibacterial, pero hemos tenido muchas dificultades para encontrar este material”, dice Benítez, vía telefónica.

Para contener el contagio, han establecido cercos para el personal, que se cambia de ropa todos los días y usa guantes y cubrebocas. Sin embargo, el material está escaseando. “La ayuda que pueda recibir cualquier centro de atención es importante: en especie, en donativo monetario, todo ayuda”, dice la directora.

Aunque hay otro tipo de atención que no involucra dinero. “Las personas mayores son un grupo que no tiene visitas constantes, y con este aislamiento se hace más profundo el abandono”, señala. Una llamada telefónica a las personas mayores ayuda mucho a crear vínculos de ayuda. “No solo las personas que están en instituciones como la nuestra, sino quienes estén en su casa» comenta. «Es muy importante dar este tipo de atención, para que ellos no se sientan abandonados”, dice Benítez.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2019 hay alrededor de 13 millones 900 mil personas mayores de 60 años, una población que sufre los efectos de esta pandemia.

Mujeres víctimas de violencia

“La violencia contra las mujeres no tiene una cuarentena, por ello es prioritario cubrir las necesidades de los que huyen de la violencia de género”, dice a Verne Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios en México.

La violencia de género ha crecido después de la pandemia: de acuerdo con la Red de Refugios, desde el inicio de las medidas por el Covid-19, han aumentado 30% las solicitudes de asilo y llamadas de auxilio por parte de las víctimas. “Hemos tenido problemas para adquirir alcohol, artículos de higiene, cubrebocas, las batas para entrar y salir cubriendo las normas de higiene”, dice Figueroa. “Nosotros no podemos ponernos en cuarentena”, indica.

De llegarse a una tercera fase, la red de refugios tendrá un problema adicional: la paralización de los servicios y la nula llegada de recursos.  Es alarmante, porque hemos tenido una respuesta fallida del Estado y no tenemos acceso a recursos”, comenta.

La Red Nacional de Refugios necesita de artículos de limpieza, pero también recursos monetarios para alimentar a las familias que huyen de la violencia y para pagar servicios como el teléfono e internet, ya que buena parte de su atención se da por estas vías.

Niños y mujeres en prisiones

Las personas encarceladas corren un alto riesgo de contagio. “Las visitas no se han cerrado completamente, además de que no se están tomando las medidas necesarias para que no se contagie la población carcelaria y mantener la distancia sana”, dice a Verne Saskia Niño de Rivera, cofundadora de la organización Reinserta, que se encarga de asistir a mujeres y niños que viven en reclusorios de México. “La preocupación que tenemos desde Reinserta es que llegue el virus a las prisiones y las reclusas y sus hijos no tengan acceso a la salud”, comenta.

Para las reclusas y sus hijos, es difícil acceder a los artículos de higiene, pues las visitas se han reducido. “Las familias son quienes se encargan de llevar la canasta básica y de higiene, porque muchas veces no hay acceso a estos” comenta. Adicionalmente, la corrupción hace más difícil el problema de acceso a salud. “Quienes llevan toallas sanitarias, por ejemplo, tienen problemas al ingresar los productos de limpieza porque están pidiendo mordidas más altas ante la baja de las visitas”, indica Niño de Rivera.

Para ayudar a esta población en cárceles, se pide que haya donaciones de productos de limpieza a través de la organización.

Trabajadoras sexuales

De acuerdo con la iniciativa El Día Después, la Brigada Elisa realiza una campaña de acopio de medicamentos, insumos para la salud, alimentos no perecederos y donativos para ayudar a trabajadoras sexuales afectadas por la contingencia del Covid-19.

Fuente: elpaís


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