La guerra de Ucrania evidenció dos necesidades de todo Ejército: los misiles anticarro para frenar el avance de las columnas de blindados y la posibilidad de utilizar la artillería de un modo ágil. Entre las soluciones vistas sobre el terreno se encuentran los afamados misiles anticarro NLAW (sueco-británicos) o Javelin (estadounidenses) y el Himars (‘High Mobility Artillery Rocket System’, también ‘made in USA’).
Pues bien, el Ejército español también ha tomado nota -aunque la demanda viene de años atrás también- y espera contar pronto con el nuevo misil anticarro Spike LR2, del fabricante israelí Rafael pero que en España, a través de su filial Pap Tecnos, fabricará junto a otras cuatro empresas españolas: Escribano (que recientemente adquirió el 3% de Indra), Expal, la Fábrica de Municiones de Granada y Tecnobit-Grupo Oesía.
Estas empresas han presentado en la feria de Defensa (Feindef), que tiene lugar esta semana en Madrid, el denominado programa Spike LR2, por el cual el Consejo de Ministros debería aprobar en próximas sesiones la adquisición de 1680 misiles y 168 puestos de tiro de estos proyectiles capaces de dar en el blanco de un carro de combate o blindado a 5,5 kilómetros de distancia u 8 kilómetros si es lanzado desde un helicóptero.
Este sería uno de los 22 nuevos proyectos que aún tiene que aprobar el Ministerio de Defensa en próximos meses/años, según la lista de requerimientos de las Fuerzas Armadas. Otro de ellos, por ejemplo, es el nuevo programa de Mando y Control del Ejército.
La nueva versión del misil Spike que ha sido presentada en Feindef tiene un nuevo perfil de vuelo de tal manera que el misil puede impactar desde ángulos más elevados (hasta un 70%) sobre las partes menos blindadas de los carros de combate. Es otra de las lecciones aprendidas en la guerra en Ucrania.
Hay que recordar que la relación del Ejército de Tierra con el misil anticarro Spike no es nueva. El Ministerio de Defensa español puso en marcha en 2007 el programa adquiriendo 2.630 misiles de una versión anterior y 260 puestos de tiro.
Más capacidad de fuego
Por otra parte, la feria de Defensa también ha servido para presentar otro proyecto de interés para el Ejército: el Silam, el sistema lanzacohetes de alta movilidad, que es exhibido en el ‘stand’ de Escribano quien lo lidera junto a Expal, empresa española especializada en artillería y que recientemente fue adquirida por la alemana Rheinmetall por 1.200 millones.
Este sistema lanzacohetes de alta movilidad se instala en un camión Iveco. Cuenta también con transferencia tecnológica de la empresa israelí Elbit.
Similar al exitoso Himars que emplean las fuerzas ucranianas, el Silam está llamado a recuperar la capacidad de lanzamiento anticohetes perdida por el Ejército en 2011. Aquel año se dieron de baja los lanzadores múltiples Teruel, que estaban en servicio en el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Astorga, en León.
Con una inversión ya presupuestada para este año de 22 millones de euros, el programa se lanzará con una previsión de inversión de 290 millones entre 2023 y 2028. También debe aprobarse aún en el Consejo de Ministros. El Silam reforzaría esta capacidad que ha sido recientemente adquirida por países de nuestro entorno en su versión estadounidense Himars.
Fuente: ABC
