El poder económico y político de la variante pentecostal de la iglesia mexicana conocida como “La Luz del Mundo”, fundada en 1926 y con más de un millón y medio de seguidores, permitió, aún en este 2022, el impune aprovechamiento de los espacios de negociación prevalecientes en Estados Unidos.
Naasón Joaquín consiguió momentáneamente evadir el ser responsabilizado del delito de Trata de Personas, al menos en su modalidad de explotación sexual, servidumbre y explotación laboral, a considerar por los testimonios y evidencias presentados por las víctimas.
No hay más que indignación de las víctimas y sociedad en general por la negociación suscitada entre abogados y la fiscalía en el tribunal estadounidense que resolvió ignorar 16 cargos contra quien se autonombra “Siervo de Dios”, Naasón Joaquín García.
Y sí, hay que decirlo, a partir de la evidencia histórica y publicada: Naasón es el “príncipe” hijo del acusado en 1997 de abuso sexual y violación, Samuel Joaquín, y nieto del acusado de violación en 1935, Eusebio Joaquín González, mejor conocido como Aarón y fundador de «La Luz del Mundo”.
La sentencia de 16 años, resultado de esa negociación, acaso demuestra que se requirió un juzgado limitado por su propio sistema para llevar a un tribunal con algunos dientes para hacer evidente una historia transgeneracional de abuso, manipulación política, involucramiento de partidos políticos —especialmente el PRI—, despojos disfrazados de donaciones de propiedad a favor de los líderes y dueños de esa iglesia. También está la explotación laboral y la evasión fiscal.
La indignación que contagió al juez, “atado de manos”, oferente de disculpas, estremecido por los testimonios, no se contiene en lanzar la afirmación contra Naasón: “usted es un depredador sexual”.
Fue seguida por las expresiones de algunas de las víctimas que, como aquellas que yo entrevisté en 1997 víctimas de su padre, Samuel Joaquín, planteaban que en México no se hacía justicia respecto de la pederastia clerical, en un caso harto semejante al de Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo que también señalé en algún momento seminal junto con Carmen Aristegui y Ciro Gómez Leyva, gracias a los testimonios de ocho víctimas.
La pederastia clerical se fundamenta en el abuso de poder. Es impunidad reproducida sistemáticamente. Cacería y depredación económica y sexual convertida en combustible del crecimiento de estructuras jerárquicas en que existe un pacto de silencio respecto de actos ilegales y denigrantes.
La sentencia es considerablemente menor respecto de las atrocidades perpetradas. “Nunca deja de asombrarme lo que las personas hacen en nombre de la religión y la cantidad de vidas que son arruinadas con la excusa de un ser supremo”, dijo el juez Ronald Cohen tras dar a conocer la pena.
Puede llevar hasta 50 años romper el secreto y señalar a los abusadores, que no siempre llegan a pagar por sus crímenes. Naasón, como sus antecesores y semejantes, es otro Mon Pére Maciel.
Salvador Guerrero Chiprés
