Ley Silla y su efecto en la productividad: ¿Más descanso significa más eficiencia?

Las investigaciones han descubierto que tomar descansos breves, en última instancia, ayudan a mantener la concentración más tiempo.

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Con la actual aprobación de la aprobación de la Ley Silla que reconoce el derecho de las personas a descansar en un asiento con respaldo durante la jornada laboral, se enmarca la necesidad de los colaboradores al reposo físico y mental; sin embargo, existe la duda si lo anterior afectaría la productividad de los colaboradores en las empresas. 

Una investigación de la revista Americana de Epidemiología comprueba que las personas con trabajos que requieren estar durante mucho tiempo de pie tienen alto riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca en comparación con los que están sentados.

Respecto a si el descanso y el rendimiento laboral estarían peleados, Adecco señala que tomar una pausa del trabajo es una necesidad para contar con un mejor rendimiento, y por consecuencia una marcada productividad que mejoraría la concentración del empleado.

“La idea de que debemos permanecer enfocados en una sola tarea durante el mayor tiempo posible ha sido desacreditada por muchos estudios. De hecho, los investigadores han descubierto que cuando nuestros cerebros se acostumbran a algo, el rendimiento y la productividad comienzan a caer en picado”, destaca.

Agrega que en los estudios se descubrió que prestar atención a tareas individuales durante demasiado tiempo, es perjudicial para el rendimiento, pero tomar descansos breves en última instancia ayuda a mantener la concentración más tiempo.

“Por eso, los descansos mentales son importantes: nos permiten reagruparnos y concentrar nuestra atención, en lugar de seguir luchando por concentrarnos, lo que al final nos hace improductivos”, señala Adecco.

En ese sentido expone que algunos investigadores también han descubierto que los descansos prolongados, sí son contradictorios, porque los trabajadores se aburren y fatigan más fácilmente.

“La cantidad de tiempo que descansamos para nuestros asuntos es importante. Necesitamos asegurarnos de tomar descansos que aumenten nuestros niveles de energía. También tenemos que encontrar el momento adecuado para tomar esos descansos”, afirma.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que los factores de riesgo que son disparadores del burnout (cuadro patológico que se caracteriza por el agotamiento mental y emocional que se produce como consecuencia de una sobrecarga de trabajo) incluyen largas horas de trabajo, cargas laborales excesivas, falta de control sobre el trabajo, falta de apoyo social en el lugar de trabajo y conflictos entre el trabajo y la vida.

“Las consecuencias de esto son la depresión, la ansiedad, los trastornos del sueño, los problemas cardiovasculares y otros relacionados a la salud física y mental”, apunta.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reporta que los trastornos musculoesqueléticos y el estrés asociados con el trabajo, son dos de las principales causas de incapacidades laborales en México.

Riesgos en el lugar de trabajo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que los riesgos para la salud mental en el trabajo pueden estar relacionados con el contenido o el horario del trabajo, las características del lugar o las oportunidades de desarrollo profesional, entre otras cosas.

“El lugar de trabajo puede constituir un entorno que amplifique problemas generales que afectan negativamente a la salud mental, incluidas la discriminación y la desigualdad basadas en factores como la raza, el sexo, la identidad de género, la orientación sexual, la discapacidad, el origen social, la condición de migrante, la religión o la edad”, argumenta el organismo internacional.

Expone que, para prevenir los problemas de salud mental en el trabajo, se deben gestionar los riesgos psicosociales en el lugar donde se labora.

“La OMS recomienda que los empleadores lo hagan mediante la implementación de intervenciones institucionales directamente dirigidas a las condiciones y los entornos de trabajo. Entre esas intervenciones figuran, por ejemplo, la facilitación de modalidades de trabajo flexibles o la implementación de marcos para hacer frente a la violencia y el acoso en el trabajo”, afirma.

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