Al despertarme fuera de mi habitación, en la de un hotel por esos lugares donde a veces viajo para poder ganar el dinero y pagarle a mis colaboradores y mis deudas habituales, luz, agua, cable, en donde sí o eres puntual nos multan, pienso en esas cosas que quise ser en esta vida y creo no podre, pero quiero quede constancia que quise.
Quise ser baterista y de plano nunca tuve oportunidad, los adultos que me gobernaban nunca me dejaron, quise ser la mejor periodista de q.roo y no pude ni podre porque los valores con que se mide el ser “mejor “, no van conmigo; te vuelves millonario, reconocido, te dan hasta para hacer tu empresa si juegas con un gobierno o un grupo político.
Quise ser escritora, escribir novelas y el tiempo no me alcanza, mi día está lleno de actividades que sin ellas no soy independiente económicamente, o no podría darles tiempo a personas que amo o aprecio.
Y la vida se me va, quise ir a vivir a cancún, mérida, belice, lugares en donde mi trabajo es bien pagado pero extraño a mis amigos de toda la vida, extraño caminar, ver lugares que toda mi vida he visto.
Y me he quedado a ser como me dijo un político “una más del montón”, del montón de seres humanos que nuestra vida no se rige por haber logrado riquezas, fama. Sino que como otros profesionistas, otros seres, solo tratamos de transitar por esta vida, sobreviviendo en un marco de integridad y valores. Sin embargo, aún sueño con tener tiempo y escribir una obra de mi vida, como una mujer de una ciudad que quiso ser periodista ha vivido cosas tan malas. Intensas, y sin embargo nunca me he rendido, lucho, lucho porque cada día que amanezca me reinvente como buena persona, mejor periodista.
