El mundo ha dado pruebas durante los últimos 40 años de dos cosas: que la educación es el gran igualador de las sociedades y qué, para enfrentar este mundo, cada vez más complejo, se necesitan saber y tener ciertas habilidades. Si esto último no se cumple mínimamente una persona jamás saldrá de la situación socioeconómica en la que vive y, en realidad, eso es lo que nos disgusta de la nueva escuela mexicana, que aparentemente no habrá de lograr educar, ni ofrecer las herramientas para enfrentar el mundo moderno.
En el número de NEXOS de este mes se presentan varios textos que dan cuenta del sin sentido que significa las NEM, pero parto de un reporte que hace Mejoredu, el instituto que sustituyo al órgano evaluador creado en el sexenio de Peña Nieto, 4 años después de su creación apenas entrega los primeros resultados.
Lo tomo del periódico Reforma: “El confinamiento a causa de la pandemia de Covid-19 pegó al aprovechamiento escolar de los alumnos de educación básica en Matemáticas y Lectura. Un análisis de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) reveló que, excepto segundo de primaria que pasó de panzazo las pruebas de lectura, el resto de los alumnos de segundo a sexto de primaria y los de secundaria, están reprobados. En lectura se midieron cuatro aspectos: analizar la estructura de los textos, integrar la información y realizar referencias, localizar y extraer la información, y fluidez lectora. De los ocho grados evaluados de primaria y secundaria, sólo uno obtuvo un porcentaje arriba de 60 y fue segundo de primaria con 61.9. No obstante, los resultados obtenidos en Matemáticas fueron peores, pues de segundo de primaria a tercero de secundaria, la calificación más alta fue de 57.3 aciertos logrados, en segundo de primaria. En este rubro, Mejoredu aconsejó reforzar los aprendizajes, pues aún en secundaria se observaron deficiencias o carencias que debieron consolidarse desde grados previos, como operaciones matemáticas, uso de fracciones, conversión y notación decimal, porcentajes, e incluso notaron algunas dificultades para identificar cuerpos geométricos. En su análisis de los datos, Mejoredu indica que los estudiantes que cursaron el cuarto y quinto grado de primaria en el ciclo 2022-2023, caracterizados por cursar los dos grados previos durante la pandemia, fueron los que obtuvieron los resultados más bajos”.
En la revista NEXOS, en diversos artículos se explica la estrategia de la NEM: una educación cuyo centro es la comunidad y no el desarrollo del educando, con una visión ideológica y alrededor de módulos, en los que se abordan temas concretos. La idea en principio es que no se desarrollen habilidades y competencias específicas en matemáticas, ciencias o lenguaje, sino que al resolver problemas de la comunidad los niños aprendan ciertas habilidades para resolver su entorno. Además, se hace una recuperación selectiva de la historia y se introducen a personas como Claudia Sheinbaum y AMLO con justificaciones y loas a su ejercicio de gobierno cuando la historia, no ha dado un mínimo juicio de su actuación o de su importancia relativa.
El problema, desde mi punto de vista, es que pareciera que hubiera una guerra entre la visión que ellos llaman neoliberal de competencias y habilidades para el mundo moderno y un enfoque que sólo privilegia la vida comunitaria, los saberes “ancestrales” los modos de hablar, aunque no sean estrictamente castellano y la falta de matemáticas y ciencias exactas para no distraer al educando de lo que si importa: el pueblo bueno, mi comunidad y mis costumbres. La discusión es muy seria, podríamos estar creando un ejército de inútiles para el nearshoring, el desarrollo personal y la superación propia. Seria lamentable concederle la razón a la impresentable maestra que salió en la mañanera un día gritando y contorneándose a gritos: “lerolero candelero yo me saque 10 y tu 5, yo si compito, yo si voy a tener éxito”. Lo lamentable es que es muy probable que el que se sacó 10 si tenga éxito en un mundo capitalista moderno y el que se saco 5, no. Nada más, pero nada menos, también.
Fuente: eleconomista
