Publicado en la revista Environmental Research Letters, el estudio revela que el humo de las tormentas de fuego bloquearían la luz solar, enfriando el planeta.
En medio de un clima internacional marcado por tensiones militares, un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania advierte que una guerra nuclear no solo causaría devastación inmediata, sino también un desastre agrícola prolongado que podría durar más de diez años: el temido “invierno nuclear”.
La investigación, publicada en la revista Environmental Research Letters, revela que el humo y el hollín de las tormentas de fuego bloquearían la luz solar, enfriando drásticamente el planeta y reduciendo la producción de alimentos a niveles catastróficos.
“Las guerras nucleares provocarían una pérdida inconmensurable de vidas y recursos genéticos, pero también un prolongado invierno nuclear que reduciría las áreas agrícolas y la productividad durante años”, alertaron los autores de la investigación.
EL MAÍZ, EN EL CENTRO DEL COLAPSO ALIMENTARIO
El equipo científico simuló el impacto del invierno nuclear en 38 mil 572 ubicaciones de cultivo de maíz, el grano más cultivado del mundo, bajo seis escenarios de guerra de distinta intensidad.
Una guerra nuclear a gran escala podría enviar hasta 165 millones de toneladas de hollín a la atmósfera, provocando una caída del 80% en el rendimiento anual de maíz. Incluso un conflicto regional “menor” reduciría la producción mundial en un 7%.
A este escenario se sumaría un aumento crítico de radiación UV-B debido a la destrucción de la capa de ozono, afectando la fotosíntesis y dañando los tejidos vegetales. El pico de radiación se daría entre seis y siete años después del conflicto, causando un descenso adicional del 7% en la producción.
UNA RECUPERACIÓN LENTA… Y COSTOSA
La recuperación total de la producción agrícola podría tardar entre siete y doce años, dependiendo de la magnitud del conflicto. Los investigadores señalan que el uso de cultivos resistentes al frío y de rápido crecimiento podría mejorar la producción en un 10%, aunque advierten que la disponibilidad limitada de semillas sería un obstáculo crítico.
Por ello, proponen preparar “kits de resiliencia agrícola” con semillas especializadas para garantizar el suministro de alimentos durante los años posteriores al desastre.
“El concepto de kits de resiliencia agrícola puede ampliarse a otros desastres: cuando se producen catástrofes de esta magnitud, la resiliencia es esencial”.
“Estos kits ayudarían a mantener la producción de alimentos durante los años inestables posteriores a una guerra nuclear, mientras se recuperan las cadenas de suministro y la infraestructura”, explicó Armen Kemanian, líder del proyecto.
La científica Yuning Shi concluyó diciendo que:
“Si queremos sobrevivir, debemos estar preparados, incluso para consecuencias impensables”.
Fuente: SIPSE








