“Pido perdón a todo el mundo. Quiero dar las gracias a todos los que han estado conmigo. Pido perdón a mi familia por no haberles traído más que dolor. Incinérenme y esparzan mis cenizas sobre la tumba de mis padres. Adiós a todos”.
Es el mensaje, mostrado en la televisión surcoreana, que dejó escrito el alcalde de Seúl, Park Won-soon, de 64 años, antes de marcharse de su casa el jueves por la mañana. Cerca de siete horas más tarde, su hija denunciaba su desaparición a la policía. Pasada la medianoche y en el transcurso de una gran operación de búsqueda encontraron su cuerpo en una apartada colina boscosa. Un suicidio a todas luces, aunque no se ha informado de la causa de la muerte. El nombre de Park, que aparecía en todas las quinielas como candidato a las presidenciales de 2022, figuraba en una denuncia por abusos sexuales que había recibido la policía un día antes.
En declaraciones este viernes, la policía señaló que no se habían encontrado indicios de que otra persona hubiera podido acabar con la vida del alcalde. También confirmó que se había recibido una denuncia contra él el miércoles. Según la cadena de televisión SBS, la denuncia había sido interpuesta por una mujer que había trabajado con él desde 2017 como secretaria, y que alegaba haber sufrido varios incidentes de acoso sexual. El alcalde había intentado establecer contacto físico inapropiado con la mujer, que aportaba mensajes que el político le había enviado a través de la aplicación de mensajería instantánea Telegram. Según la denunciante, otras mujeres habían sido víctimas de abusos de Park.
La existencia de la denuncia ha cambiado, súbitamente, la luz bajo la que muchos surcoreanos percibían a Park, un político muy popular que había recibido numerosos elogios este año por la gestión de la pandemia de covid-19 en Seúl. El alcalde del Partido Demócrata (en el Gobierno), que se encontraba en la tercera y última de sus legislaturas al frente de la capital, había sido un entusiasta defensor de los derechos de las mujeres.
Abogado de derechos humanos de profesión, en los años noventa ganó uno de los primeros juicios por acoso sexual celebrados en Corea del Sur, un país de sociedad aún muy conservadora. Se había manifestado públicamente en varias ocasiones en apoyo de las mujeres que, poco a poco, y tras el estallido del movimiento #MeToo en Occidente, habían comenzado a denunciar casos de acoso por parte de prominentes varones en el mundo de la política, la cultura o el deporte. Como alcalde, había creado una asesoría especial sobre igualdad de género, y había lanzado programas para facilitar el acceso a la vivienda a mujeres trabajadoras solteras.
Antes de quedar en paradero desconocido, el alcalde había cancelado todos los actos que tenía previstos para el día. A media mañana salió de casa, cubierto con un sombrero y dejando atrás la nota manuscrita. Siete horas más tarde, su hija informó de la desaparición a la policía. Su padre había dejado, afirmaba, un mensaje que parecía “un testamento” y su teléfono estaba desconectado.
Más de 700 personas, coches de bomberos, ambulancias, perros y drones participaron en la amplia operación de búsqueda.
Tras el traslado del cuerpo al Hospital Universitario Nacional de Seúl, se celebrarán ritos funerarios durante cinco días. Cientos de personas visitaron ya este viernes un altar especialmente preparado en homenaje al alcalde, para dejar mensajes de pésame. Entre ellos, el presidente surcoreano, Moon Jae-in, que veía en Park a un posible sucesor.
Pero también han comenzado los llamamientos para que los elogios al popular alcalde no hagan que se desate una campaña de críticas contra la mujer que le denunció. El caso ha quedado archivado tras la muerte de Park, de acuerdo a la ley surcoreana.
El profesor de la Universidad de Corea Lin Han Sang ha lanzado un llamamiento a evitar actos que puedan suscitar críticas a la supuesta víctima de Park, y ha pedido que en cambio se busquen vías para investigar la verdad sobre su denuncia y para protegerla.
En los últimos años, otros políticos surcoreanos han sido acusados de acoso o abusos sexuales. En 2019 el excandidato presidencial Han Hee-jung fue condenado a 42 meses de prisión. El alcalde de Busan Oh Keo-don dimitió en abril después de que una de sus subordinadas denunciara que había intentado contactos físicos inapropiados.
Fuente: elpaís
